La emergencia sanitaria elevó la demanda de las fintech

La pandemia ha acelerado la transformación de la economía digital a partir de un cambio en los patrones de consumo de las personas; este fenómeno presenta desafíos y oportunidades para las empresas de tecnología financiera del país, las cuales han tenido la capacidad de reacción para atender y dar tranquilidad a los usuarios de estos servicios en el país.

Hasta antes de la emergencia sanitaria, México se mantenía como uno de los ecosistemas fintech más dinámicos de Latinoamérica, con más de 400 entidades, las cuales tienen un volumen anual de operaciones que alcanza los 68,409 millones de pesos, de acuerdo con datos del “Termómetro Fintech” de Endeavor México.

La emergencia sanitaria elevó la demanda de las fintech, mercado que ya jugaba un papel clave al contar con un índice de maduración del 48% en términos de ventas, empleos, inversión, volumen de operaciones, usuarios activos, mercado y tecnologías utilizadas; ahora, nos estamos abriendo paso a un escenario con nuevos desafíos y caminos para seguir creciendo”, explica Ángel Sahagún, CEO y fundador de albo.

Uno de los primeros retos de la emergencia sanitaria fue la comunicación, el cambio de los discursos de cada fintech hacia los usuarios. Muchas de ellas dirigieron las estrategias en humanizar los mensajes para darle seguridad a los clientes y pensar siempre en la persona como el centro de cada solución y/o producto, enfoque que seguirá siendo clave para el periodo de reactivación económica.

Si bien algunas fintech habían adoptado políticas de home office desde antes, la pandemia llevó a las empresas a optimizar las actividades a distancia, lo cual representó una oportunidad para mejorar la comunicación, tiempos de entrega, organización de equipos, atención al cliente y obtención de resultados en colectivo. Aplicada estratégicamente, esta política puede elevar la productividad hasta el 28% de los colaboradores e impulsar la misión de las empresas.

Durante este periodo, los usuarios tuvieron más tiempo para revisar con detalle las plataformas de las que hacen uso, algo que motivó a algunas empresas a optimizar sus soluciones. Ejemplo de ello son kubo.financiero y albo, alternativas que tuvieron la oportunidad de mejorar  procesos, haciendo posible que procedimientos que tardaban cuatro meses, pasarán a tres semanas, y una respuesta en la aplicación que tomaba 20 o 15 minutos, se resolviera en máximo 8.

La inclusión forma parte del ADN fintech, sobre todo en un país como México donde solo el 68% de la población tiene acceso a un producto financiero. Un aspecto positivo es que durante este periodo, más personas se acercaron a las alternativas digitales para hacer el súper, pedir alimentos, realizar pagos, es decir, existe una consideración mayor hacia estas opciones, por lo que el reto del sector es diseñar productos con un enfoque holístico, que atienda las necesidades no sólo de un target, sino de varios de ellos que ahora están más cerca.

“Sin duda, estamos ante un panorama en el que las empresas de tecnología financiera tenemos una gran oportunidad de innovar, partiendo del gran aprendizaje por el que hemos atravesado en estos meses de cambios; como nunca antes, existe la posibilidad de materializar ideas disruptivas en beneficio de los más de 4.7 millones de usuarios fintech en el país”, concluye Sahagún.

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