Latinoamérica: 55% de los adultos en la región no están bancarizados

Durante el evento Fintech Americas, que se celebró a inicios de mes en Miami, Enrique Ramos O’Reilly, Director para América Latina y el Caribe de Temenos, enfrentó un problema que él y su empresa creen que es clave para resolver muchos de los desafíos que enfrenta la economía global post pandemia: bancarizar a los no bancarizados.

Se estima que una cuarta parte de la población mundial que no tiene servicios bancarios vive en países en desarrollo, muchos de los cuales se encuentran en América Latina. Según el Banco Mundial, el 55% de todos los adultos en la región de América Latina no están bancarizados.

Al igual que en otros países, los hogares latinoamericanos con ingresos más bajos, pertenecientes a minorías étnicas y discapacitados en edad laboral, tienen menos probabilidades de ser bancarizados con las herramientas habituales de talla única.

“Es importante comenzar con la planificación financiera educativa que pueden alentar a las personas a alcanzar nuevas metas”, expresa el ejecutivo, ampliando el tema de los bancos que ofrecen un servicio de banca cotidiana más integral que incluye orientación y educación financiera, así como préstamos y herramientas de transferencia de dinero.

Ramos reforzó la idea de que los bancos y Fintechs, deben entender cómo bancarizar a las personas, no solo a través de préstamos, sino como un entorno completo que les ayude a superar sus limitaciones. Por ejemplo, la población adulta latinoamericana que permanece no bancarizada cita la ‘falta de confianza’ como la principal razón por la que no han abierto una cuenta.

Como demostró Temenos, con su aceleración sin precedentes de la inclusión financiera en Perú, donde ayudaron a ‘bancarizar’ a 2 millones de ciudadanos en un mes, en un plazo muy breve de tiempo, se pueden ofrecer servicios personalizados a quienes tienen una necesidad financiera, fomentando la democratización de la banca y acceso a servicios bancarios para todos.

Para el ejecutivo, la clave de la inclusión financiera descansa en tres factores: encontrar una manera de aumentar la educación financiera para las personas no bancarizadas; generando soluciones y servicios de ‘banca cotidiana’; utilizando aplicaciones inteligentes de datos para permitir que los servicios financieros más adecuados lleguen a los segmentos más adecuados de la población.

Fuente: Temenos

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