Luego de casi un año y medio de pandemia, pocas dudas caben sobre el rol protagónico que ha asumido la industria del software en la lucha contra la propagación del COVID-19. Además de la generación de herramientas para garantizar el distanciamiento social.
Los bancos y otras entidades financieras, habituadas a la atención de los clientes en sus sucursales, se vieron especialmente obligados a poner en marcha mejoras en sus plataformas online y aplicaciones móviles. La pandemia generó una transformación en el universo financiero y sentó el gran desafío de cara a la post-pandemia.
“Los bancos necesitan comprender que la constante evolución de sus sistemas es absolutamente central para seguir siendo competitivos, la existencia de decenas de apps que proponen nuevas formas de interacción genera inmediatamente una demanda por parte de los usuarios hacia su banco. Para enfrentar ese desafío, tienen que considerarse tres aspectos: el cultural, el tecnológico y el metodológico, cada uno de ellos con sus respectivas particularidades”, comenta Juan Bello, business head de GlobalLogic Latam.
En América Latina este proceso de digitalización bancaria, que se encontraba un poco retrasado, se vio acelerado durante la pandemia. “El desafío hoy no es sólo poder operar en forma 100% digital, sino lograr la generación de valor agregado en un escenario con cada vez más competidores tradicionales y challengers”, agregó Bello.
Solamente durante 2020, GlobalLogic Argentina generó una decena de implementaciones de core bancario, trabajó con 10 clientes en el front end para banca (canales, originación, mobile), implementó cerca de diez APIs y aplicaciones mobile, y participó en el desarrollo de quince productos de software para ISVs (independent software vendor). Todo ello demuestra que el cambio generado durante la pandemia es una realidad muy tangible.
Con las nuevas tecnologías, el constante cambio del mercado y de las demandas de los usuarios, el sector financiero debe asegurar una transformación sólida para diferenciarse en la excelencia del servicio con la mirada enfocada en las necesidades del cliente.
Por eso, en la normalidad post COVID-19 es imprescindible entender el banco como un producto en sí impensable sin sistemas de banca digital inteligentes, inclusivos y enfocados El banco que viene es, inevitablemente, un banco profundamente digitalizado, fluido y totalmente interconectado que responderá a las necesidades de una sociedad en constante transformación.