Las tecnologías de borde están fusionando el universo digital con el físico

El edge computing es la capacidad de cristalizar los casos de uso transformadores que hoy sueñan las empresas y llevar la toma de decisiones en tiempo real a lugares remotos. Puede tratarse de una fábrica o un tren rugiendo a lo lejos, el hogar conectado de una persona o su automóvil andando a toda velocidad en la autopista.

Las tecnologías de borde están fusionando el universo digital con el físico de una forma totalmente nueva y eso tiene un impacto a nivel humano. Esta repercusión en el ámbito personal puede parecer un logro aspiracional, pero ya existe. Un buen ejemplo es cuando usamos AR/VR para reforzar la seguridad en planta.

Sin embargo, la colaboración continua es necesaria para seguir generando éxitos revolucionarios. Sin importar el rubro o la organización, todos dependemos mucho unos de otros. Si analizamos específicamente el sector industrial y el de telecomunicaciones, me viene a la mente la relación simbiótica y de apoyo mutuo entre estas áreas, el desarrollo de 5G no puede tener éxito sin casos de uso industriales que, a su vez, se basan en las tecnologías de telecomunicaciones

Pero aún quedan muchos desafíos por delante, reducir la complejidad de la red, preservar la seguridad, mejorar la agilidad y garantizar un dinámico ecosistema. Y la única forma de encarar y resolver estas cuestiones es recurrir a la sabiduría colectiva de la comunidad.

En Red Hat, usamos el código abierto para unificar y empoderar a las comunidades a gran escala. El ecosistema de código abierto reúne a las personas para que trabajen en un problema común y lo resuelvan con software. Tener un propósito compartido puede convertir esfuerzos aislados en una lucha colectiva para que los cambios abarquen a toda la industria en su conjunto y reflejen un amplio rango de necesidades y valores.

Me gusta decir que el código abierto es el motor de la innovación en la industria. Si colaboramos de esta forma con el 5G y el edge, las tecnologías emergentes podrían transformarse en bases comunes apasionantes.

Pensemos en las aplicaciones que damos por sentado en nuestros teléfonos u hogares que nos permiten modificar nuestra ruta en tiempo real para evitar el tránsito o monitorear y permitir el acceso a nuestras casas, al punto tal que definen cómo interactuamos con nuestros entornos y entre nosotros. Sin embargo, no hace mucho tiempo, la mayoría de estas cosas eran inimaginables.

Pero era una época en la que muchas personas desarrollaban mejoras a partir de tecnologías básicas. La convergencia de tres tendencias tecnológicas terminó por presentar una oportunidad sumamente revolucionaria, un servicio de transporte manejado por dispositivos móviles, nativo de la nube, que te lleva a donde desees.

Hoy estamos creando la próxima ola de tecnologías que se convertirán en elementos tan incorporados a nuestras vidas y tan indispensables en nuestro quehacer cotidiano que nos preguntaremos cómo fuimos capaces de vivir sin ellos.

Las posibilidades de las tecnologías de borde son igual de apasionantes. Todo comienza por la fusión del mundo digital con el físico. Si sumamos una conectividad ubicua podemos transformar la forma en que las tecnologías operativas interactúan con el mundo físico. Y eso cambiaría todo.

Solo basta con observar cómo el open source ha propiciado la colaboración y cómo el trabajo en conjunto ha ayudado a personas en todas las organizaciones e industrias a construir plataformas robustas compartidas con más rapidez y a diferenciarse.

Por Chris Wright, CTO para Red Hat

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