El 5G está permitiendo avanzar de forma acelerada hacia la fabricación inteligente. Un nuevo estudio de Accenture, dado a conocer en el contexto del Mobile World Congress (MWC), muestra que hacia el año 2025, habrá en torno a 55.700 millones de dispositivos conectados en todo el mundo.
Y con el crecimiento explosivo del Internet Industrial de las Cosas (IIoT), muchos de ellos estarán en entornos industriales. En cuatro años más, alrededor del 60% de todas las conexiones globales de IIoT estarán en la fabricación inteligente.
Marcos Alexandre Lopes, Líder de Industry X para Accenture Hispanoamérica, explicó que “en muchos sentidos, el futuro de la fabricación ya está aquí. Las herramientas digitales, la IA, la robótica, la automatización y la nube se están convirtiendo en algo esencial para lograr operaciones eficientes, flexibles y adaptables. Pero las demandas de ancho de banda, rendimiento y seguridad serán inevitablemente aún mayores a medida que se requiera más conectividad”.
De acuerdo con el informe, esa demanda podría llevar a que la red se convierta en el cuello de botella, limitando la capacidad de desplegar una fabricación flexible, lograr un mayor rendimiento, una mayor eficiencia y mayores niveles de seguridad.
De esa forma, la demanda de ancho de banda aumenta anualmente entre un 30% y un 40%, un ritmo que supone un reto para que las redes se adapten de forma rentable. Lopes afirmó que para avanzar “es fundamental desarrollar los casos de uso adecuados, especialmente los orientados a impulsar una automatización más flexible en las operaciones que reciban datos en tiempo real para mejorar la toma de decisiones y la seguridad”.
El estudio de Accenture sostiene que el 5G permitirá más flexibilidad, ya que un mundo sin cables permite reconfigurar rápidamente la maquinaria y las líneas de producción. La latencia que proporciona datos más rápido que un parpadeo significa que millones de transacciones entre máquinas y humanos pueden mejorar la inteligencia y crear capacidades automatizadas en tiempo real en el borde.
Fuente: Accenture