América Latina no necesita promesas tecnológicas, necesita soluciones prácticas. Se trata de una región donde la inflación, la devaluación y las restricciones al acceso a divisas son parte del día a día, y por ello las stablecoins no son más una curiosidad financiera, sino herramientas fundamentales de sustento económico.
El uso de estas monedas digitales, respaldadas 1:1 por activos como el dólar estadounidense, está creciendo con fuerza. Hoy, el 39% de los inversionistas cripto en la región las utilizan como refugio de valor, frente al 30% en 2023.
Tracy Jin, COO de MEXC, lo resume con claridad: “Las criptomonedas dejaron de ser concepto de nicho o limitado a expertos: son herramientas prácticas que resuelven problemas del mundo real”. En América Latina, donde las transacciones transfronterizas y el acceso a divisas son esenciales para millones, estas herramientas se han vuelto indispensables.
Ningún país ejemplifica mejor esta tendencia que Argentina. Según Chainalysis, el 61.8% de las transacciones cripto en el país se realizan con stablecoins, una cifra muy por encima del promedio global. Esto no es casualidad, en un país con más de una década de inflación alta, controles cambiarios estrictos y una moneda en constante devaluación, millones de ciudadanos usan stablecoins para preservar su poder adquisitivo.
Por su parte, México también está viendo cómo las stablecoins se integran a la economía diaria, especialmente a través del ecosistema fintech. El 62% de las empresas de tecnología financiera centradas en cripto ya utilizan stablecoins como método de transacción, y se espera que esa cifra alcance el 77% en el corto plazo, según Finnovista.
El país cuenta con al menos 29 proyectos cripto activos, y es uno de los mercados más optimistas sobre los ingresos futuros del sector. Las fintech están adoptando stablecoins y, al mismo tiempo, están ayudando a democratizar su uso para pagos, remesas y ahorro.
En América Latina la tecnología blockchain ya no es un lujo ni una moda, es una necesidad. Y las stablecoins, con su estabilidad, bajo costo y facilidad de uso, son hoy una herramienta clave para enfrentar la volatilidad económica. Ahorrar en USDC, pagar con USDT o recibir una remesa en criptomonedas ya no es algo excepcional. Es parte de la rutina de millones de personas.
Lejos de ser una burbuja o una moda, las stablecoins están demostrando que la tecnología financiera puede adaptarse a la realidad latinoamericana. Y en esa realidad, son mucho más que monedas digitales: son herramientas de autonomía, resiliencia y empoderamiento.
Fuente: MEXC