Natalia Vega, Country Manager de IDC Chile y Perú
América Latina se encuentra en una transición económica fundamental para su futuro, sustentada por el cambio drástico que va de la producción de materias primas a una economía de valor agregado basado en la innovación. El sector industrial no es ajeno a esta transformación y se está preparando para monetizar una importante carrera donde, modernizándose mediante tecnologías disruptivas.
El concepto ‘Industrias Inteligentes’ se refiere a la transformación digital de los sectores productivos tradicionales por medio de la incorporación de TIC y análisis y procesamiento de datos, volviéndolos adaptables y eficientes en el uso de recursos, así como altamente integrados entre sí. Gracias al desarrollo e innovación de nuevas tecnologías, la automatización de procesos industriales ha dado lugar a avances significativos que le han permitido a las compañías implementar procesos de producción más seguros y de todas formas más competitivos.
Tecnologías como movilidad, Cloud, big data y analítica, son relevantes para cualquier industria y abarcan cualquier sector, ya sean empresas de manufactura, servicios de salud, servicios públicos, entre otras. Por lo tanto, la irrupción de estas supondrá un cambio mucho más profundo de lo que imaginamos, extendiéndose a todos los aspectos de la vida y transformando la sociedad tal y como la conocemos. Las empresas tienen que considerar no solo un plan de adopción de estos nuevos elementos tecnológicos, sino también una modernización digital de sus plataformas de negocio.
En IDC pronosticamos que para el 2022, casi el 70% de todo el gasto en TI en América Latina, se destinará a tecnologías de la Tercera Plataforma. Para ello, es importante que los tomadores de decisión preparen a las organizaciones para la carrera de reinventarse en la era de la innovación.
Hoy la industria se prepara para ser más tecnológica y los avances operativos son constantes, transformándose en un eslabón más en la generación de valor para los clientes en mercados globalizados y comoditizados en prácticamente todos los sectores de actividad. Las organizaciones en vías de crecimiento necesitan cada día ir de la mano con los avances y adaptarse a ellos, con el fin de acelerar sus procesos y, por supuesto, mantener la competitividad en el mercado.