La inesperada llegada de la pandemia del coronavirus hizo que el mundo cambiará de la noche a la mañana, dando inicio a una serie de adaptaciones y ajustes que repercutieron de diferentes maneras, en distintas partes del mundo.
El sector público fue uno de los espacios que sintió rápidamente la necesidad de adelantarse a todas aquellas transformaciones que venía planificando para los próximos años en materia tecnológica. De hecho, se estima que la pandemia aceleró este tipo de cambios, incorporando mejoras tecnológicas hacia lo digital, que se preveían para los próximos 5 años.
Algunas de las estructuras informáticas que tuvieron que modificarse más rápidamente para satisfacer la demanda en este momento inédito para el mundo fueron, por ejemplo, las aplicaciones de diagnóstico, los servicios esenciales, los trámites administrativos, la TI para el cuidado de la salud y las iniciativas de asistencia, entre otros, las cuales debieron adaptarse de forma disruptiva dentro de un contexto poco favorable.
Los organismos estatales no necesitan ser como las grandes empresas tecnológicas que entregan código a producción cientos o miles de veces al día. Sin embargo, es imposible desestimar la importancia de la TI en la ejecución de sus objetivos. Hoy en día, toda organización es una organización tecnológica, independientemente del negocio que practique, incluido el servicio público.
El nuevo normal continúa siendo de una gran incertidumbre de cara al futuro y las tecnologías de código abierto han demostrado ser de gran valía para que entidades del sector público hayan podido adaptarse a los tiempos que corren y acelerar su transformación digital.
“El rol de Red Hat durante el último año ha sido el de aportar soluciones para la continuidad de las funciones del sector público en un mundo cambiante, apoyando a los equipos a capacitarse sobre tecnologías emergentes, implementar soluciones para el manejo de la crisis y mantenerse inspirados”, afirmó Jorge Payró, Country Manager de Red Hat Argentina.