En este marco y de acuerdo con la Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía, en Argentina el 76% de los usuarios ha experimentado algún tipo de fraude online: ya sea desde la suplantación de identidad hasta la compra de productos falsificados o la pérdida de datos personales sensibles.
Para prevenir tales peligros, Pomelo, ha implementado distintas herramientas destinadas a certificar la autenticidad del usuario al realizar cada operación en línea, como el 3D Secure (3DS) y el CVV dinámico.
“Para mitigar el fraude y prevenir delitos financieros es indispensable el uso de herramientas actualizadas y el monitoreo en tiempo real del riesgo asociado con cada transacción. Esto no solo fortalece la relación con los consumidores, sino que también evita gastos considerables en seguros y procesos legales. Además, representa una ventaja competitiva entre las empresas que ofrecen tarjetas”, señaló Gilmar Magi, Director de Riesgo y Fraude de Pomelo.
A través del Protocolo 3DS, las empresas pueden verificar en segundos más de 100 datos sobre el comprador, como su geolocalización, el tipo de dispositivo y el monto del pago, entre otros factores. En ese instante, para corroborar la identidad del titular de la tarjeta, el sistema evalúa el nivel de riesgo de la transacción: en caso de ser bajo, la operación se procesa directamente; de lo contrario, antes del checkout se solicita un segundo método de autenticación.
Por su parte, el sistema de CVV dinámico también contribuye ampliamente en la seguridad de los pagos. El mismo, cambia periódicamente el código de las tarjetas virtuales de manera aleatoria. Esta modalidad representa un paso adelante frente a los tradicionales 3 dígitos estáticos, ya que cuenta con un período de validez limitado que una vez expirado requiere una nueva solicitud por parte del usuario.
Con tecnologías como 3D Secure y el CVV dinámico, Pomelo reafirma su compromiso con la seguridad y la innovación en el sector financiero. Su infraestructura asiste a las empresas en sus iniciativas para mitigar riesgos, optimizar costos operativos y garantizar un ecosistema de pagos más seguro y eficiente en un mercado de constante transformación.
Fuente: Pomelo