5G, Depositphotos

5G, la disruptiva quinta generación de telecomunicaciones

Desde los años ochenta a la actualidad se han sucedido -o superpuesto, ya que algunas de ellas todavía conviven- cinco generaciones de telefonía móvil, cada una de las cuales ha ido ampliando más y más las opciones a los usuarios.

Si la primera generación permitía realizar llamadas de voz mediante transmisión analógica, qué consiste en la transmisión de datos gracias a la modulación de alguna de las características de las ondas analógicas como la amplitud o la frecuencia, la segunda generación incorporó los famosísimos SMS o Short Message Service, los cuales supusieron el grueso de las comunicaciones de toda una generación de adolescentes, que diferencia de lo que ocurre a día de hoy con el omnipresente WhatsApp conllevaba un elevado precio relativo por cada mensaje.

La tercera generación incorporó el roaming automático -que permitía la itinerancia de datos al cruzar una frontera y que el celular siguiese funcionando- y aumentaba la velocidad de transmisión de datos, la cual fue una tecnología eminentemente dominada por Europa con empresas como Nokia, dominio que visto lo visto pudo haber supuesto el canto de cisne del dominio de la ciencia europea en favor de la norteamericana y la asiática -China, Corea del Sur o Japón-, que son indiscutiblemente superiores en materia de patentes científicas y técnicas. En la actualidad la mayoría del mundo se encuentra en la cuarta generación, que ha permitido la generalización masiva de los smartphones, aunque ya empieza a implementarse la quinta generación, que supondrá un salto tecnológico mayor que el experimentado entre la tercera y cuarta generación.

5G, hiperconectividad y latencia cero

La quinta generación de redes no va a limitarse a incrementar ligeramente la velocidad y por lo tanto suponer un cambio apenas apreciable con respecto a lo que la mayoría de las redes maneja hoy en día, sino que se prevén aumentos de la velocidad de descarga de hasta cien veces y una latencia prácticamente imperceptible -esto es el tiempo que pasa entre que se da una orden, por ejemplo la petición de acceso a una web, y esta se obedece, o lo que es lo mismo, el tiempo transcurrido entre una causa y su efecto- dado que se espera que el 5G la reduzca entre diez y cincuenta veces, algo que, como vamos a ver más adelante, es fundamental para conseguir que ciertas tecnologías despeguen definitivamente.

Pero, paralelamente a la carrera tecnológica por dominar una tecnología con un potencial innovador enorme, se está librando una carrera financiera, puesto que el mercado de acciones, que no se limita ni mucho menos sólo a los índices bursátiles, sino que también es un instrumento para especular en el trading online apalancado, se verá muy afectado dependiendo de qué empresas tomen la delantera en la implementación y explotación de la infraestructura del 5G, dado que la misma tiene un potencial mil millonario de forma directa y mucho mayor de forma indirecta por la cantidad de desarrollos que va a permitir.

La velocidad, clave del internet de las cosas

Como se ha dicho anteriormente, el 5G va a reducir la latencia de forma espectacular, lo cual es vital para que tecnologías como la conducción autónoma den el salto definitivo del terreno de las pruebas de campo a la implementación masiva, dado que se espera que en un futuro no muy lejano circulen por nuestras carreteras millones de automóviles guiados de forma autónoma, por lo que necesitarán recibir y enviar toneladas de información constantemente para conseguir una conducción eficiente y sobre todo segura, dado que estarán interactuando con cientos de vehículos, algunos conducidos por seres humanos y otros por IAs autónomas, además de con obras en la carretera, con eventos climatológicos, accidentes, etcétera, por lo que la latencia sea mínima es fundamental, no por comodidad y evitar esperas, sino para que la tecnología sea funcional.

Además, la baja latencia también es fundamental para que funcionen los enjambres de drones, dado que en la actualidad una de las línea para buscar la creación de una IA se basa más en una inteligencia del tipo mente colmena, en la que una serie de inteligencias menores colaboran para crear una inteligencia mayor, más que buscar directamente una inteligencia superior, y para que las inteligencias menores se comuniquen de forma práctica, es necesario que la velocidad de comunicación sea muy rápida, por lo que la tecnología 5G es muy prometedora no sólo en el campo de la domótica, sino también para lograr el sueño de crear inteligencia.

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