Uno de los mayores problemas de la banca tradicional es su incapacidad de innovar al ritmo que exige el mercado. Las instituciones pueden tener acceso a talento, capital, infraestructura, pero siguen limitadas por los sistemas legados. La paradoja es que lo que antes se veía como una carga, ahora puede ser una ventaja.
Un artículo de IBS Intelligence indica que el 55 % de las entidades bancarias creen que los sistemas legados son el mayor obstáculo para alcanzar sus metas de transformación digital.
“Es cierto que los sistemas legados dificultan la innovación de los bancos, porque son fragmentados, no se comunican entre sí y requieren mantenimiento constante. Aun así, son una mina de oro escondida, con millones de transacciones, datos estructurados, categorías consistentes y comportamientos históricos”, explica Julián Colombo, CEO de N5.
En esta línea, el directivo detalla que los sistemas heredados tienen una acumulación de datos e historia del negocio y sus productos que las fintechs recién comienzan a construir. Ese background les da trazabilidad, estabilidad regulatoria y una base sobre la cual desplegar soluciones de inteligencia artificial, sin empezar de cero.
Colombo sugiere que la estrategia no debe ser el reemplazo de todo lo viejo, sino la construcción alrededor del legacy (como se le conoce en inglés): conectar mediante APIs, motores de reglas, capas de negocios que se apoyen en IA, BPM o RPA, manteniendo lo que ya funciona, pero enriqueciéndolo.
Las instituciones financieras que adopten este enfoque podrán liberar recursos, reducir riesgos operativos, mejorar tiempos de salida al mercado y desarrollar productos hiperverticales que respondan mejor a la demanda puntual del cliente.
La “revancha del legado” redefine la innovación: no se trata de destruir lo que funciona, sino de reconectarlo con inteligencia. En un mundo donde la IA premia a quienes entienden sus datos y su historia, los bancos tienen —por fin— la oportunidad de transformar su pasado en su mayor ventaja.
Fuente: N5








