Desde el 2020, cinco cables submarinos llegaron a Latinoamérica

En el último año, el tráfico de datos entre continentes a través de cables submarinos continuó su crecimiento acelerado. Aunque hay un alto costo y grandes desafíos con el despliegue de infraestructura y el mantenimiento de redes submarinas globales, la velocidad en el despliegue de los cables submarinos ha sido beneficiosa para regiones como América Latina.

América Latina abarca 12% de la masa terrestre. Para poner las cosas en contexto, América Latina es tan grande como Estados Unidos y China combinados. Hay 661 millones de personas que hablan principalmente español y portugués, con una población que tiene un promedio de edad de 31 años. Una población numerosa, diversa y joven que plantea la gran responsabilidad de aumentar la conectividad para cerrar la brecha digital en una región con muchas necesidades socioeconómicas.

Desde el 2020, cinco cables submarinos llegaron a la región, tres de los cuales se pusieron en funcionamiento recientemente. Utilizado por primera vez en junio de 2021, el cable Malbec de 2.500 kilómetros de largo se puso en servicio conectando Río de Janeiro, Sao Paulo y Buenos Aires.

En agosto, el Cable Submarino del Pacífico Sur entró en servicio con una longitud de 7.300 kilómetros; mientras que Ellalink, un cable de 6.200 kilómetros también entró en servicio justo antes que el sistema de cable Malbec. Pero las cosas no se detienen ahí, ya que pronto se unirán otros tres para aumentar y robustecer el panorama de la conectividad en América Latina.

Se espera que GigNet-1, el cual conectará a Florida con México, esté terminado a finales de este año, seguido de Firmina (Estados Unidos a Argentina, Brasil y Uruguay) en el 2023, y el cable Caribbean Express, un sistema que conectará a Florida con Ciudad de Panamá en el 2024.

Junto a estos arribos, los proveedores de servicios de Internet (ISP) de la región están invirtiendo considerablemente en llevar las capacidades de datos que proporcionan los cables submarinos a los usuarios finales; un paso fundamental para cerrar la brecha digital ofreciendo una mayor y más rápida conectividad, así como un delay ultrabajo.

Estas características y la capacidad añadida son elementos claves en un mercado de rápido crecimiento cuya demanda de ancho de banda internacional aumentó a una tasa del 30% CAGR del 2016 al 2020, impulsada por las necesidades de una población que está ansiosa por disfrutar de los beneficios de la economía digital.

Según TeleGeography, la CAGR proyectada a nivel mundial para el tráfico entre corredores submarinos intercontinentales para los próximos años es de aproximadamente 36%. TeleGeography también confirmó un “efecto de aceleración” implícito de COVID-19 del 8% en el 2020, ya que las personas en todo el mundo participaron en el mayor experimento de teletrabajo de la historia, al mismo tiempo que se veían obligadas a jugar y aprender en casa.

En el último año, el mundo se vio obligado a acelerar la transformación digital y los beneficios son evidentes. Ahora veremos si el impulso continúa en regiones como América Latina, en donde la brecha digital sigue siendo un desafío significativo. Muchos ISP han demostrado su voluntad de adaptar sus redes a las nuevas realidades proporcionando una mayor conectividad a través de redes submarinas, terrestres y satelitales.

Por Fabio Medina, Gerente General y Vicepresidente de Ventas de América Latina para Ciena

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