El 4 de junio se celebra en Argentina el Día del Vinculador Tecnológico en honor a Jorge Sabato, tecnólogo y físico; gracias a sus aportes en la ciencia, nuestro país logró en el siglo pasado el dominio del ciclo de combustible para sus reactores nucleares.
En vísperas de su efeméride, lo más óptimo sería celebrar la autonomía tecnológica de la que goza Argentina, pero también es un buen momento para observar el punto de inflexión en que nos encontramos a nivel científico y estudiar los pasos a seguir.
No tengo dudas de que Argentina está preparada para superar cualquier obstáculo. Esto no es una mera intuición o lugar común, sino que hablo sostenido por los datos oficiales de la Secretaría de Innovación y Tecnología. Según uno de sus últimos informes, nuestra nación tiene el potencial para convertirse en un referente regional en IA si logra combinar su talento humano, capacidad emprendedora y ecosistema tecnológico con una estrategia nacional que promueva la adopción de la IA, la formación continua y la cooperación público-privada.
El desafío de la vinculación tecnológica en este siglo es que llegue a cada organización, sea local o regional. Se trata de una responsabilidad social y un imperativo estratégico cuyos objetivos son reducir desigualdades, hacer que nuestros servicios urbanos mejoren sustancialmente y, en definitiva, enfrentar los desafíos gigantescos que nos presentan la transición energética, tecnológica y ambiental.
Al servicio de la sociedad, esta tecnología puede contribuir a reducir la brecha de desigualdad, generar conciencia sobre los riesgos y oportunidades que genera, y fortalecer el ecosistema de innovación en el país.
A su vez, la IV Jornada Federal de Vinculación Tecnológica busca mantener y ampliar las redes que en la Pandemia sirvió de nexo entre las personas, para compartir experiencias, fortalecer estrategias y plantear nuevos horizontes de desarrollo productivo uniendo a todo el país. Con un fuerte compromiso en el desarrollo territorial, promoviendo conocimiento, y soluciones que conecten las políticas públicas con las necesidades reales de las personas, las organizaciones y las empresas.
Por Fabián Ruocco, Director Ejecutivo de la UVT – CEDyAT y de VinTecAr 4.0