El Internet de las cosas promete una mayor conectividad a futuro. Para el 2030 estarán 500 billones de dispositivos conectados y esto cuando se aprovecha adecuadamente, puede proporcionar información invaluable de una organización y de sus entornos operativos.
En el sector de la seguridad, el aumento de la conectividad entre los sensores y los sistemas da acceso a más datos de los que era posible hace tan sólo unos años. Genetec, sugiere que hoy más que nunca, es necesario contar con sistemas conectados y resistentes que ayuden a las empresas a proteger, entender y mejorar el mundo alrededor de ellos.
Hace tiempo que la innovación tecnológica ha logrado conectar un sistema de control de acceso (ACS) con un sistema de gestión de video. Esta integración se utiliza para validar la autenticidad de los eventos contra video asociado. Esto es lo que permite al personal de seguridad verificar si un evento de puerta forzada no es un falso positivo.
Hoy en día, también es posible conectarse a una amplia y diversa gama de sistemas, incluyendo intercomunicadores, detección de intrusión perimetral, detección de disparos y reconocimiento automático de matrículas (ALPR). Además de proporcionar un mayor conocimiento de la situación, la conectividad también permite automatizar eficazmente la toma de decisiones y guiar al personal en sus investigaciones.
Mientras se continúa descubriendo aún más beneficios que genera una mayor conectividad, está claro que el IoT viene con un conjunto específico de desafíos. El primero es averiguar cómo conectar realmente todos los sensores y sistemas; después, cómo evitar abrumar a la gente con demasiados datos; y por último, cómo asegurarse de que, a medida que se añaden más dispositivos, no se incremente también la vulnerabilidad de las redes.
Cuando se trata de seguridad, industria que de acuerdo a IDC tuvo a nivel mundial un valor de 387.12 millones de dólares en el 2019, se dice que nunca hay demasiada información. Pero esto es tan cierto como la habilidad para manejarla.
El personal de seguridad de hoy en día tiene miles de dispositivos conectados a la red, incluyendo cámaras de video, lectores de control de acceso, estaciones de intercomunicación, paneles de alarma contra incendios, dispositivos de intrusión, sensores de detección de perímetro y análisis. Toda esta información les llega a través de la red, y deben descifrar rápidamente lo que está sucediendo y responder.
El desafío más trascendental asociado con la creciente conectividad a través de Internet es la ciberseguridad. Para aprovechar todas las ventajas del IoT, estamos creando redes increíblemente grandes con miles de dispositivos conectados y dado que los sistemas son tan seguros como lo es el elemento menos seguro que los conforman; una sola cámara o controlador de puerta desprotegido que aún tenga su contraseña predeterminada de fábrica, puede ser toda la superficie de ataque que un ciberdelincuente necesita para acceder a la red de una organización.
Hay varias maneras de mitigar los riesgos de la actividad cibernética delictiva, entre ellas el cifrado avanzado, la autenticación y la autorización. El cifrado de los datos, tanto en la transmisión como en el reposo, protege la información privada y mejora la seguridad de la comunicación entre las aplicaciones cliente y los servidores.
La autenticación evita que los datos lleguen a manos equivocadas al impedir el acceso no autorizado. Y la autorización permite a los administradores restringir el alcance de actividad dentro de sus sistemas proporcionando derechos de acceso a recursos, datos o aplicaciones por parte de grupos o individuos y definiendo lo que los usuarios pueden hacer con ellos.
A medida que sigamos descubriendo las numerosas ideas y ventajas que IoT brinda, la protección contra la actividad cibernética delictiva no sólo será buena para los negocios, sino que también ayudará a fomentar una comunidad mundial más segura.
Por Alain Bissada, Director Sénior de Genetec para Canadá y México