La sostenibilidad no es un tema de moda, en los últimos tiempos, el cuidado de largo plazo del medio ambiente y de la sociedad se consolidó como una de las principales prioridades de los ejecutivos de todo el mundo. El 35% de las personas asegura que está más dispuesta a vincularse con empresas responsables, de acuerdo a datos del #CCSIndex.
La aceleración de la transformación digital y el crecimiento exponencial de la necesidad de generar, capturar, transmitir, almacenar y procesar datos ponen a los data centers en el escenario de la conversación.
Una estimación de la consultora IDC de fines de 2021 estimó que en los tres años anteriores el consumo energético de los centros de datos multitenant había crecido un 31% mientras que el alza entre los de hiperescala había sido de 117%.
Nuestra industria es protagonista del cambio. Según el portal de estadísticas Statista, las inversiones en data centers “verdes” casi se triplicará en un período de apenas seis años: en efecto, los US$49.200 millones de 2020 se convertirán en más de US$140.000 millones en 2026.
Se están tomando muchísimas medidas tendientes a la descarbonización, por ejemplo, la mayoría de las empresas ya cuentan con objetivos muy claros orientados a las cero emisiones con el horizonte más lejano ubicado en 2030, pero eso es apenas el principio.
El propósito se multiplica y se vuelve más desafiante, ya no se trata solo de dejar de hacer daño al planeta, tal como proponían las políticas de responsabilidad social empresaria hasta hace apenas unos pocos años, sino de generar un beneficio para el medioambiente.
Por Gabriel del Campo, Vicepresidente de Data Center, Cloud y Seguridad para Cirion Technologies