El mercado de telecomunicaciones chileno cuenta con las condiciones para integrar el grupo de países líderes de América Latina en el desarrollo de redes IMT-2020, popularmente conocidas como 5G.
“Las autoridades del Gobierno chileno han expresado su intención de ser líderes en el despliegue de 5G. Y tradicionalmente, el mercado de Chile ha presentado elevados niveles de adopción de nuevas tecnologías. Otros países que podrían liderar el avance de esta tecnología en la región son Uruguay, que ya cuenta con una red 5G recientemente lanzada, Brasil, Bahamas, Bolivia, Costa Rica, Islas Caimán, México, Perú y el Caribe Francés”, recordó José Otero, Vicepresidente de 5G Americas para América Latina y el Caribe.
El representante de 5G Americas explicó que “no se trata únicamente de llegar primero, sino de generar condiciones sostenidas en el tiempo para que el uso de las nuevas tecnologías se propague a todos los segmentos de la población y se obtengan beneficios a partir de su empleo en nuevos emprendimientos y modelos de negocios. En definitiva, que su aplicación pueda generar un bienestar real para los ciudadanos. Para esto es importante que los operadores móviles puedan contar con frecuencias de espectro radioeléctrico apto para su uso en bandas bajas, medias y altas”.
También advirtió que es importante que la industria de telecomunicaciones en América Latina tenga en cuenta que un retraso pronunciado en la actualización de las redes de telecomunicaciones puede generar nuevas brechas con los países más avanzados, en términos de productividad. Especialmente, considerando que la innovación con la 5G afectará a distintos sectores productivos y no sólo al acceso a Internet.
En 2022, unos 500 millones de conexiones móviles en América Latina serán LTE, de acuerdo con cifras de la consultora de inteligencia de mercado Ovum. En ese año comenzará a notarse el crecimiento de la 5G en la región, y en 2023 se espera que la 5G supere a GSM (2G) y se posicione como la tercera tecnología más importante en cantidad de conexiones, por detrás de LTE (4G) y HSPA (3G).
Los lanzamientos de 5G corresponderán a decisiones de los operadores de acuerdo con su estrategia de negocios, enfoque de mercado y perfil de sus clientes. En tanto, el rol de los gobiernos es el de facilitar los insumos, como el espectro radioeléctrico, y establecer las reglas de juego para que las nuevas redes puedan ser una realidad. La transformación que se espera del 5G no se limita a velocidades más rápidas para el consumidor, sino que también permitirá conectar una gran diversidad de nuevos dispositivos para digitalizar procesos de producción e incrementar la productividad de todos los sectores económicos, como son el caso de medidores de energía inteligentes, automóviles y hogares conectados, ciudades digitales.