Según relevamientos recientes se estima que los pagos móviles ya fueron usados por más del 36% de la población mundial. En Argentina, si bien era una tendencia en ascenso, su uso se aceleró a partir del aislamiento obligatorio. Desde marzo aumentaron a nivel local las operaciones por mobile banking, aplicaciones móviles y el pago online de impuestos y servicios.
El consumo contactless y los sistemas de pago sin contacto han sido incorporados como nuevos hábitos sociales. Esta forma de compra prioriza las transacciones seguras, simples y rápidas utilizando la tecnología como principal aliado. No implica solo a las compras online, sino también a las compras físicas en las que el consumidor busca evitar el uso de efectivo y reducir al máximo el contacto con el vendedor.
Si bien en un comienzo el término contactless se usaba para describir la tecnología de las tarjetas de crédito que permitía efectuar un pago con solamente acercar el plástico a la terminal de venta, actualmente es más abarcativo. El surgimiento de diferentes desarrollos y dispositivos que permiten el pago sin contacto hicieron que este concepto se vuelva más amplio y complejo. En la actualidad se destacan tres pagos contactless.
En primera instancia, tenemos el código QR, que siendo la evolución del código de barras es un módulo que permite almacenar información en una matriz; se lee en el dispositivo móvil por medio de un lector específico y de forma inmediata direcciona a una aplicación en Internet que puede ser una plataforma de procesamiento de pagos.
“Es una de las tecnologías más utilizadas en Argentina para el procesamiento de pagos online y sin contacto ya que es de fácil desarrollo y aplicación, tanto para los vendedores como para los compradores. La mayoría de los dispositivos móviles cuentan con esta tecnología y una cámara de fotos para llevar a cabo transacciones de manera rápida, simple y segura”, explica Laura Iglesias, CEO de Evolution Invest.
Otro tipo de pago que se destaca es el NFC (Near Field Communications), una tecnología inalámbrica de corto alcance y alta frecuencia que permite la transmisión instantánea de datos entre dispositivos ubicados a unos centímetros de distancia. Esta tecnología está aplicada en algunas tarjetas de crédito y en ciertos smartphones o smartwatches a través de billeteras virtuales.
“El desembarco de este tipo de medio pago en países como el nuestro es más lento porque no solo requiere que el consumidor tenga un dispositivo específico -y costoso-, sino que los negocios también tienen que hacer una inversión en hardware y software para poder realizar operaciones por este medio”, comenta Iglesias.
Reconocimiento facial
Finalmente nos encontramos con el reconocimiento facial, para el cual el consumidor no tiene necesidad de tener modernos dispositivos ni debe preocuparse por agarrar la billetera antes de salir. Solo debe tener subida su foto en la cuenta bancaria o en el sistema de pago móvil. Las tiendas deben tener un escáner especial para reconocer el rostro y dirigir esos datos a una cuenta determinada de la que se toma el dinero para efectuar el pago.
“Si bien parece algo futurista ya se está usando en China. Hay empresas invirtiendo mucho dinero en el desarrollo y adopción de esta tecnología que puede ser controvertida para vendedores y consumidores por lo que implica y por los cambios que puedan darse en el rostro de una persona o bien por el uso de máscaras faciales o barbijos”, dice la ejecutiva.
Los nuevos hábitos de consumo están produciendo cambios a gran velocidad. Las ventajas de implementar pagos sin contacto son muchas. Además de disminuir el contacto físico, acorta los tiempos de espera, permite pagos más seguros para ambas partes y brinda mayor confianza al consumidor.
De todas maneras, Iglesias puntualiza que aún queda un camino por recorrer en lo que respecta a su aplicación: “Falta información para los consumidores y también educación y capacitación para los vendedores en el uso de dispositivos y sistemas. Por otro lado, en muchos casos hace falta claridad en los términos y condiciones de cada proveedor de servicios de pago para que sean transparentes sus costos y comisiones”.