La nueva cultura de “lo quiero ahora” ha impulsado un cambio en la manera de operar de los bancos. Las personas y las empresas han sido las grandes impulsoras de la necesidad de inmediatez y facilidad que ha puesto a muchas organizaciones financieras en aprietos a la hora de cuidar y resguardar los fondos de sus clientes frente a estafas.
En este sentido, esta nueva modalidad de pago instantáneo RTP (Real Time Payments) ha traído dos cambios fundamentales. El primero es que cambia el flujo de aprobaciones a procesamiento directo STP, lo que simplifica la participación de sistemas de clearing, haciendo directa la transferencia entre emisor y receptor. El segundo gran cambio es que estas transferencias son finales e irrevocables.
Esto ha llevado a un aumento importante del phishing (suplantación de identidad para obtener acceso a claves e información sensible) donde, según el Panorama de Amenazas de Kaspersky, se estima que cada minuto en América Latina se emiten cerca de 110 mensajes fraudulentos con este objetivo.
Esta reducción de tiempo de un par de días a que sea inmediata e irrevocable requiere que la industria financiera, y particularmente los bancos, evolucionen en cómo prevenir el fraude. Actualmente, muchas empresas del rubro centran su estrategia de prevención de estafas en herramientas que se basan en ML o, por otro lado, en reglas basadas en conocimiento.
Ambos enfoques implementados de manera aislada o con herramientas anticuadas presentan grandes vulnerabilidades al momento de enfrentarse a nuevas tendencias o la necesidad de reaccionar en tiempo real, identificando nuevos patrones de fraude.
En primer lugar, para tener modelos de ML robustos y eficientes se requiere gran cantidad de información, algo que en este tipo de cambios que son transformacionales no se cuenta. En segundo lugar, esta modificación en la forma de operar les brinda a los defraudadores nuevas oportunidades para llevar a cabo sus actos.
El hecho de que los pagos instantáneos están disponibles 24 horas al día, 7 días a la semana, plantea un reto adicional para los bancos y las instituciones tradicionales ya que les exige que existan procesos implementados y tecnologías automatizadas. La problemática actual de muchas instituciones es el contar con soluciones heredadas y que no son capaces de procesar y dar respuesta en tiempo real a la nueva forma de pagos.
Fuente: Inform