Las ciudades inteligentes son el futuro

De acuerdo a las Naciones Unidas, se espera que para el año 2050 cerca del 68% de la población mundial viva en áreas urbanas, lo que implica nuevos grandes retos para la conectividad que la gente requiere.

Pero ¿Qué es una ciudad inteligente? Las ciudades inteligentes son el futuro, será el lugar donde trabajaremos, viviremos y nos desenvolveremos en los próximos años.

Existen muchas explicaciones alrededor de lo que se considera una ciudad inteligente, pero una definición bastante aceptada es que se trata de una ciudad conectada, donde los ciudadanos, la tecnología y los procesos pueden estar conectados; nada de esto sucede sin la conectividad.

“El aumento demográfico combinado con el crecimiento continuo de la Internet de las Cosas (IoT) y aplicaciones, requieren que los planificadores urbanos comiencen a pensar en una visión de ciudad inteligente a futuro”, puntualizó Alexy Luecke, Especialista en Brand Marketing en CommScope.

Al respecto, Luecke menciona que, entre algunas otras, existen cuatro estrategias que se tienen que considerar para el desarrollo de las ciudades inteligentes.

En la actualidad las ciudades cuentan con distintos tipos de redes, construidas por proveedores tradicionales de telecomunicaciones, operadores de cable, servicios de Internet, proveedores neutrales, servicios públicos y municipales. Como resultado, hay redes inalámbricas y cableadas desiguales, y cada vez que se requiere implementar una nueva red, las calles deben abrirse una y otra vez. Al planificar para la convergencia, las redes inalámbricas y fijas se pueden instalar al mismo tiempo, maximizando los activos y optimizando costos.

Aunque con el cambio tecnológico para algunos operadores resulta imperante perseguir objetivos a corto plazo, como lo puede ser el cambio del alumbrado público a LED, la realidad es que los planificadores urbanos deben pensar a largo plazo para evitar gastos innecesarios y problemas a futuro.

“Además de tener en cuenta el crecimiento de la IoT y la evolución de la tecnología, los proveedores de conectividad de red deben identificar cómo un plan a largo plazo minimizará las actualizaciones de la red y futuras interrupciones. Por ejemplo, un plan a largo plazo para la conectividad a los postes de luz implicaría fibra óptica, lo que permitiría a small cells y otras aplicaciones agregarse más fácilmente y de forma más económica en un futuro”, añadió Alexy Luecke.

A medida que el mundo avanza hacia un futuro digital, los ambientes comerciales, industriales y residenciales de todos los niveles de ingresos deben poder tener acceso a servicios inalámbricos y cableados adecuados para detener la ampliación de la brecha digital, un problema que en la actualidad preocupa a muchos expertos. Las ciudades, gobiernos y proveedores deben tener la capacidad de brindar servicios de conectividad a todos los ciudadanos, incluidos aquellos que no pueden pagar los servicios.

Aun cuando es una necesidad y se vuelve más importante día a día, solo pocas ciudades pueden darse el lujo de financiar las redes de la próxima generación; por ello, los planificadores urbanos deben desarrollar planes de financiamiento que les permitan afrontar los retos de conectividad de redes de banda ancha.

 

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