La suspensión de clases presenciales en el mundo ha sido una constante desde la llegada del Covid-19. El cambio educativo de abandonar el salón a reconvertir la casa en el centro de estudios virtual ha encontrado en la tecnología su mejor aliado para adaptar este concepto.
El cierre total o parcial de las escuelas en América Latina y el Caribe, ha dejado hoy, unos 114 millones de estudiantes sin escolarización presencial. Según las últimas estimaciones de UNICEF, sólo 7 países de América Latina y el Caribe han abierto completamente sus escuelas, mientras que en 12 países y territorios las escuelas permanecen completamente cerradas y en el resto de la región están parcialmente cerradas.
Ante el desafío de continuar con los ciclos de aprendizaje, los diferentes gobiernos de la región han volcado esfuerzos y mirado a la tecnología como solución. Por ejemplo, si tomamos a Chile como referencia, en dicho país la unión de los ministerios de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) y de Educación (MINEDUC) dieron a conocer el proyecto “Conectividad para la Educación 2030”, iniciativa que busca mejorar el acceso a Internet de cerca de 10.000 establecimientos educacionales para el 2021.
Desde Furukawa creemos que la pandemia ha sacado a flote la importancia trascendental de la industria de las telecomunicaciones frente a la crisis sanitaria que enfrentamos. En este sentido, la conectividad por fibra óptica se ha convertido en un servicio esencial, ya que conlleva mayor transmisión de datos y nada de lo anterior podría realizarse efectivamente sin una conexión robusta y eficiente.
Los servicios tradicionales de Internet pueden no estar cubriendo adecuadamente la alta demanda de las redes educativas. Lo que podría evitarse o mejorarse con un servicio de fibra de alimentación de alta calidad.
Este cambio significa múltiples beneficios como menos costos de capital (CAPEX), mantenimiento, operativos o de ciclo de vida involucrados (OPEX). Este tipo de tecnología permite además disminuir el consumo de energía y, ya que utilizan un 87% menos de plástico que las redes tradicionales logran una reducción en el impacto de la infraestructura en el medio ambiente.
Finalmente, un cableado de fibra moderno, para una organización educacional, aumentará y hará que su área de trabajo sea más respetuosa con el medio ambiente. La tecnología de fibra óptica es totalmente reciclable, utiliza un 80% menos de cobre y un 60% menos de energía que las redes tradicionales, por lo que la sustentabilidad es uno de sus principales beneficios.
Por Lucas Samyn, Head of Product for Southern Cone for Furukawa Electric Latam