La computación en la nube lleva más de una década desempeñando un papel importante en la transformación de los negocios de todos los sectores. Sin embargo, su adopción se aceleró durante la pandemia del COVID-19, ya que más empresas se vieron obligadas a hacer negocios en línea.
Gracias a esto, también se dieron cuenta rápidamente de las ventajas de la nube sobre los métodos tradicionales de computación y almacenamiento de información. El mercado estaba cambiando rápidamente, y las empresas necesitaban flexibilidad y escalabilidad para adaptarse y continuar creciendo.
Las ventajas de la computación en la nube están bien documentadas. La migración a la nube puede ayudar a las empresas a ahorrar dinero al reducir la necesidad de comprar y mantener hardware y software en sitio. La computación en la nube también proporciona actualizaciones rápidas para las aplicaciones y un tiempo de comercialización acelerado de los productos.
Muchas empresas están optando por un modelo híbrido de servicios de nube pública y privada; la nube pública ofrece altos grados de escalabilidad y ahorro de costes; mientras que algunas empresas creen que una nube privada es más segura para almacenar datos sensibles.
Pero hay otra tendencia, que es la migración a un escenario multi-nube, en el que las empresas utilizarán varios proveedores de nube -pública o privada- para almacenar y procesar sus datos en una única arquitectura de red.
A la hora de definir una estrategia en la nube, las empresas deben determinar primero cómo les ayudará la nube a resolver sus objetivos de negocio. No hay dos proveedores de nube iguales y una estrategia de nube múltiple proporciona la flexibilidad necesaria para aprovechar el mejor servicio de su clase que ofrece cada proveedor.
Con la rápida migración a los ecosistemas digitales, los ataques a la ciberseguridad se han vuelto más frecuentes y sofisticados. Los ataques de ransomware se han convertido en una de las principales ciberamenazas en todo el mundo y pueden paralizar una organización y comprometer su reputación. Las arquitecturas en la nube deben construirse de forma resistente y más aún cuando los datos se comparten en varias nubes.
Con la enorme cantidad de datos que procesan la mayoría de las empresas hoy en día, hacer un seguimiento de dónde están sus datos, quién tiene acceso a ellos y quién los modifica en todos sus proveedores de nube es un reto monumental. Chile tiene altos niveles de adopción de servicios de computación en la nube en comparación con otros países de América Latina.
Se espera que las tasas de crecimiento continúen en un 30% anual durante los próximos tres años. Con el creciente número de proveedores de hiperescala en Chile, las estrategias de multi-nube aumentarán exponencialmente.
Por Pilar Cornejo, analista senior de Soluciones Empresariales, IDC Chile
