Las criptomonedas y la tecnología Blockchain han resultado un fenómeno desde el momento de su primera aparición en 2009. A la cabeza de las criptodivisas se encuentra el Bitcoin con una cotización de USD 11.387.
Pero Bitcoin no está solo, a pesar que cae su cotización, todas las otras alternativas que ofrece el mercado -son arrastradas por el líder- entre las que aparecen: Ethereum, Cardano, Litecoin, NEO, NEM, IOTA, Stellar, Dash, Dogecoin, EOS, Monero y Tron, son algunas de ellas.
Pero, hay una de estas criptomonedas que destaca, se llama XRP, o Ripple, por el nombre de la empresa que la controla. Esta es la primera gran diferencia con Bitcoin, que usa tecnología Blockchain y es administrada por una red descentralizada de mineros que, de manera aleatoria, autorizan transacciones y generan nuevas monedas. Ripple, no. Esta característica la hace más formal. Su red necesita que cada uno de sus nodos estén identificados y autorizados a operar: no es libre y tampoco está 100% descentralizada.
“Ni siquiera necesita una moneda puente para funcionar y casi todo el mundo que la utiliza ha elegido intercambiar pagarés digitales para luego liquidar las transacciones más tarde utilizando moneda fiduciaria”, destaca la revista del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Ripple es una herramienta que cada vez más bancos usan y analizan usar en el futuro para intercambio rápido de dinero a nivel global. Otra de sus diferenciales: puede hacer hasta 1.000 transacciones instantáneas por segundo, mientras que Bitcoin realiza menos de 10, y puede demorar varios minutos, incluso horas.
Ripple asegura tener más de 100 bancos como clientes, entre los que están Santander, Unicredit, UBS, y las entidades nacionales de Canadá y Abu Dhabi, entre otros. En diciembre comunicó que más de 60 bancos de Japón y dos de Corea habían conformado un consorcio para probar el sistema. Esa noticia fue, en parte, la responsable de la escalada del precio de esta criptomoneda.
La criptodivisa quiere reemplazar a la red internacional Swift, que pertenece y conecta a cerca de 11.000 bancos. Promete acelerar los pagos transfronterizos usando contabilidad distribuida o Blockchain, mientras ofrece XRP como moneda puente barata y universal, para evitar las costosas cuentas que emplea la banca corresponsal tradicional.
Hoy, es la tercera criptomoneda en circulación. Con tantos distintivos con respecto al resto de sus competidoras del sector el mundo financiero tradicional lo ve con mejores ojos. Aun así no está exento de sufrir la tremenda volatilidad del sector, que puede terminar de posicionarlo o sacarlo del tablero de un momento al otro.
XRP valía USD 0,01 a comienzos de 2017, y terminó ese año cotizando a USD 1,60 por unidad. A comienzos de enero explotó y llegó a USD 3,6. Luego de esto bajó muy rápido y solo en lo que va de 2018 su market cap perdió USD 40.000 millones. Actualmente la cotización de Ripple está en USD 1.1911.
