Conforme más centros de datos son construidos en diversos puntos del país y a nivel regional, las políticas de sostenibilidad que cumplan con objetivos ambientales globales hacen que tanto el funcionamiento como la administración de estos se realicen con base en protocolos sostenibles.
La transición a una industria con cero emisiones de carbono exige un cambio cultural en el empresariado, mismo que abarca desde la planificación, diseño y construcción, hasta la administración, monitoreo y mantenimiento de las infraestructuras críticas. Es en esto último que la resiliencia juega un papel determinante para cuidar tanto el funcionamiento de la tecnología como del medioambiente.
Los centros de datos son la espina dorsal de gran parte de la vida económica, comercial y social. Sin embargo, también son algunos de los mayores consumidores de energía del mundo al concentrar el 2% del consumo global de energía.
En el caso particular de México, a la fecha se reporta la existencia de siete centros de datos ubicados en distintas entidades del país, los cuales en conjunto suman 133,688 metros cuadrados de huella ecológica, de acuerdo con el Data Center Journal.
Sin embargo, la expectativa de crecimiento de esta industria en territorio nacional se mantiene como una de las principales inversiones por parte de diversas organizaciones que ven en México una oportunidad de expansión, pues de acuerdo con cifras de Statista, tan solo para este año 2023 se espera que los ingresos del mercado de centros de datos alcancen los USD 3.560 millones.
Ante este panorama de crecimiento, resulta imposible pasar por alto las exigencias y consideraciones medioambientales que abogan por una construcción, mantenimiento y operación sostenible sin que por ello se ponga en riesgo la calidad de la propia infraestructura.
El principal problema es la intermitencia tanto del propio centro, como de la red, ya que la energía solar solo se genera durante el día, y la eólica depende de las condiciones meteorológicas. Por su parte, la energía de reserva es otro problema, ya que muchos centros de datos siguen utilizando generadores diésel durante los cortes de suministro.
De acuerdo a “The case for committing to greener telecom networks”, una investigación de McKinsey 15% del uso energético en los centros de datos se consume durante la transferencia de información, mientras que el 85% restante se desperdicia a través de la pérdida de calor y otros factores.
Fuente: Opengear