Las experiencias digitales e inmersivas están desdibujando cada vez más los límites de nuestras experiencias físicas en tiempo real. Como el mundo que nos rodea está cada vez más distribuido, estamos encontrando nuevas formas de conectarnos virtualmente desde cualquier parte del mundo.
Gran parte de este debate ha girado en torno al metaverso. Aunque las conversaciones y los titulares son cada vez más destacados, el metaverso no es nuevo, está construido sobre la base de experiencias tecnológicas inmersivas y universos digitales que muchos hemos experimentado a través de juegos e incluso en reuniones virtuales.
Entonces, ¿por qué se está generando con fuerza esta conversación? Las inversiones tecnológicas se están acelerando. Microsoft adquirió recientemente el desarrollador de juegos Activision Blizzard, Google lleva años desarrollando tecnología relacionada a RV y RA; Fortnite presenta un avatar personal que lucha contra los avatares de otras personas.
Buscamos formas de conectar con la gente, los lugares y el entretenimiento sin tener que salir de un espacio físico y estas experiencias van más allá del entretenimiento y el comercio minorista. Chile ya ha desplegado una experiencia inmersiva en la industria minera, ofreciendo gemelos digitales de plantas industriales para la exploración de minerales.
Gartner prevé que, en 2026, el 25% de las personas pasará al menos una hora al día experimentando en el metaverso. Esto requiere la adopción de la conectividad global, incluido el despliegue generalizado de la 5G y la infraestructura de borde habilitada por la nube que la soporta.
Necesitaremos capacidades de computación en tiempo real que soporten cargas de trabajo de datos masivos que combinen datos visuales, IA y aprendizaje automático. Y como todas estas cargas de trabajo se producen en entornos de borde, veremos una aceleración de los datos y la computación descentralizada.
En la actualidad, el camino que seguimos consiste en combinar lo físico y lo digital en tiempo real. Se trata de crear experiencias verdaderamente inmersivas al tiempo que se aporta valor a múltiples sectores, donde los datos se convierten en una ventaja competitiva en el punto de creación.
Es por ello que estamos invirtiendo en el ecosistema tecnológico del futuro, para ofrecer la innovación y los avances tecnológicos que proporcionan computación en el Edge y en todos los lugares donde existen datos a través de un ecosistema multi-nube. Es por lo que estamos invirtiendo en un ecosistema abierto para que los proveedores de servicios de telecomunicaciones y comunicaciones hagan realidad el 5G y la hiperconectividad. Por Raymundo Peixoto, vicepresidente Senior para Dell Latinoamérica