En el marco del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, la aspiración de alcanzar la conectividad universal efectiva se hace más patente que nunca.
La Oficina del Enviado del Secretario General de las Naciones Unidas para la Tecnología, y la UIT, anunciaron un nuevo conjunto de metas de las Naciones Unidas, que tienen por objetivo alcanzar la conectividad digital universal y efectiva para 2030.
Estas metas otorgan prioridad a la universalidad, la tecnología y la asequibilidad para que todos puedan beneficiarse plenamente de la conectividad. Sin embargo, y tal como lo señaló el Secretario General de la UIT, Houlin Zhao, “la conectividad universal por sí sola no es suficiente para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
En el mundo, actualmente más de 4.900 millones de personas cuentan con una conexión a Internet, esto es más de un 60% de la población global. En México, en 2020, se estimó una población de 84.1 millones de usuarios de internet que representan 72% de la población de seis años o más, según datos obtenidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
No obstante, en muchos casos esta conectividad es poco fiable, ya sea porque es demasiado lenta o cara, o ambas incluso. Esta carencia obliga a los usuarios a compartir dispositivos, o simplemente, no poder aprovechar al máximo el potencial de sus televisores inteligentes, smartphones, wearables, o computadoras personales.
Esta realidad nos obliga a enfocarnos en la dimensión cualitativa del desafío que implica alcanzar la conectividad digital universal y efectiva, y que no basta solo con llevar conexiones a todos los rincones, sino que éstas deben ser rápidas, robustas, estables y seguras.
Para 2030, las metas de la UIT plantean que las conexiones de banda ancha deberán ser superiores a 10 Mb/s. En el caso de las escuelas, éstas deben ser de al menos 20 Mb/s. Si actualmente la capacidad técnica nos permite contar con conexiones de Fibra Óptica con velocidades que comienzan en los 300 Mb/s, claramente estamos reduciendo las brechas en materia de calidad.
Junto con esto, las conexiones cada día deben ser más asequibles para todos. En este aspecto, la Comisión de Banda Ancha de las Naciones Unidas plantea que el costo mensual por el servicio de banda ancha básico debiese ser inferior al 2% del ingreso mensual per cápita. Como segundo escalón en esta meta de asequibilidad, el costo de conectarse a Internet con un estándar mínimo de calidad no debería superar el 2% del ingreso promedio del 40% más pobre de la población.
Alcanzar la conectividad universal efectiva para 2030 es el desafío por superar, y por ello, orientar nuestro quehacer al logro de este objetivo, es fundamental para contribuir al progreso de nuestras sociedades.
Por Leonardo Barbero, Vicepresidente Senior de Producto, Gestión de Acceso y Redes Lumen Latam