El triunfo de Trump pone en peligro a la industria automotriz mexicana

“México se convertirá en la capital mundial del carro muy, muy rápido… a menos que voten por Donald Trump”, dijo el magnate hace dos meses. Y el martes ganó 306 votos electorales de los 270 necesarios para ser lo que es hoy: el próximo Presidente de Estados Unidos, quien repetidas veces ha asegurado que la industria del automóvil “está quitando los empleos a los estadounidenses para llevarlos a México”, por lo que planea revertirlo elevando entre 35 y 10 por ciento los impuestos a las importaciones del sector.

Aunque las cifras lo contradicen, ya que México es el cuarto exportador a nivel mundial y las Big Three [General Motors, Chrysler y Ford] dan más trabajos en Estados Unidos que aquí, eso pondría en peligro a los 1’100,000 empleos directos e indirectos de los mexicanos que genera ese sector, base del crecimiento económico nacional.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, la industria automotriz aporta el 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el 18.3 por ciento del PIB manufacturero.

Este sector estratégico genera 730,923 empleos directos y 370,000 indirectos, principalmente en la fabricación de autopartes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En 2014 fue la cuarta rama del sector económico en generar más fuentes de trabajo.

Los empleos indirectos del sector son por la cadena de valor, es decir, los proveedores (distribuidoras, talleres, fábricas de autopartes). Respecto a lo fabricantes de autopartes, México produce al año $81,000 milloness en los llamados clusters. El del Bajío se ubica en San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro; el del norte, en Sonora, Chihuahua y Coahuila; y el del centro, en Aguascalientes y Estado de México. Muchos de ellos son estadounidenses.

 “Los productores de automóviles [que van a fabricar a México] no pueden dejar nuestro país tan fácilmente y nosotros impediremos que eso pase” a través de un impuesto, declaró el republicano en septiembre durante su visita a Detroit, ciudad clave del sector automotriz estadounidense. “La tarifa será un obstáculo para que se vayan. En otras palabras, si ellos tienen que pagar un impuesto o tarifa para regresar los carros a Estados Unidos –no tiene que ser del 35 por ciento, podría ser del 10 por ciento–, ellos no se irán”, explicó Trump, propietario de autos de lujo europeos.

Sin embargo, “no la tiene fácil Donald Trump porque se tiene que sentar con la industria. Los Big Three [General Motors, Ford y Chrysler], el tercer poder económico detrás del sector petrolero y tecnológico, no lo van a dejar porque los afectará”, afirmó en entrevista César Roy Ocotla, analista del ramo automotriz.

En dado caso que lo logre, tomando en cuenta su temperamento, “que también México cobre 35 por ciento por la entrada de vehículos hechos en Estados Unidos. Para eso necesitamos un Presidente líder que no sea agachón y que defienda los intereses nacionales. México importa principalmente a Estados Unidos, Brasil y Japón”, sostuvo el experto.

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“SAP comparte el propósito del gobierno de promover la digitalización y el desarrollo económico de las pymes en el contexto de la actual economía digital, no sólo en México, sino en el exterior, así como de visibilizar los bienes y servicios que ofrecen las empresas mexicanas”, señalan desde SAP.
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