El turismo es un sector altamente vulnerable a los beneficios, pero también a los efectos negativos de la globalización. Por un lado, las conexiones rápidas y los eventos organizados a nivel global generan beneficios mucho más altos que en contextos previos pero ahora por la exposición a los cambios, que se han acelerado y a los riesgos, que se han multiplicado, el riesgo es mucho más elevado.
España, con una dependencia considerable del sector turístico, y sus sectores anexos son conscientes de estos nuevos retos a los que se enfrentan y estamos en el camino de diseñar estrategias para afrontarlos. Nos consta que varias grandes cadenas se están reuniendo para evaluar el impacto en sus negocios e implementar medidas correctoras.
El brote de coronavirus sigue causando alerta alrededor del mundo, y España tampoco se ha librado, el Mobile World Congress (MWC), previsto celebrarse del 24 al 27 de febrero en Barcelona, ha sido cancelado por las presiones del sector. La decisión, no exenta de polémica minimizaba el riesgo de propagación del coronavirus por la celebración del congreso, ahora la ciudad empieza a trabajar para remontar la situación y recuperar los 500 millones de euros que se estimaban generar para el MWC, gran parte de los cuales afectarán directamente al sector turístico.
Se estimaba que para este año el evento tecnológico tuviera un impacto económico de 473 millones de euros, los cuales se sumarían a los casi 4,800 millones que ha generado desde que comenzara a celebrarse en Barcelona en el 2006. Por contextualizar, el impacto del turismo internacional en esa ciudad fue de 13,200 millones de euros y 12 millones de visitantes en 2018, último ejercicio completo del que se disponen de cifras. Del total de ingresos generados por el MWC, se esperaba que alrededor de 117.7 millones fueran generados en restaurantes, pubs y locales nocturnos, con un promedio de 256 euros gastados por persona en todos los días de congreso.
El sector de hostelería también sufrirá grandes repercusiones tras esta medida, según los indicadores, durante el mes de febrero y con motivo del MWC el número de reservas aumentó entre 473% y 813% respecto a otros meses. Además, los servicios de alojamiento alternativo como Airbnb dejarán de percibir los 6 millones de euros que se esperaba fueran generados durante el congreso.
Por si fuera poco, la cancelación del MWC trae consigo la pérdida de 13,000 puestos de trabajo temporales, la mayor parte de los cuales están ligados al sector MICE, que es el turismo de reuniones, incentivos, congresos y exposiciones (traductores, azafatas). Incluso, muchas universidades ofrecen programas para sus estudiantes que a través de la conexión con el congreso se incorporan al campo laboral por el resto del año.
“La cancelación supone 500 millones menos de gasto en la ciudad y una pérdida importante en puestos de trabajo; los profesionales del sector son los más afectados realmente. Una de las características propias del turismo es su propia fragilidad. Por ello, no tiene la capacidad de controlar aspectos externos como éste; es importante diversificar la oferta turística en la ciudad para no tener una dependencia de eventos tan mediáticos como el Mobile”, explica José Antonio Mansilla, Investigador del Campus de Barcelona de Ostelea, Tourism Management School.