A medida que los ciberataques crecen a un ritmo alarmante en América Latina, al mismo tiempo que aumentan en complejidad, y los limitados recursos de TI se esfuerzan por controlar una arquitectura de red cada vez más compleja, los ciberdelincuentes se hacen cada vez más competentes y sofisticados.
Dado lo anterior, las empresas deben de avanzar hacia un marco de seguridad Zero Trust, el cual se está convirtiendo en un diferenciador estratégico y un imperativo empresarial para prácticamente todas las empresas con una huella digital.
En 2019, solo el 16% de las organizaciones a nivel mundial había implementado la seguridad Zero Trust o tenía planes para hacerlo. El porcentaje de empresas con una iniciativa definida de Zero Trust ya en marcha se ha más que duplicado, pasando del 24% en 2021 al 55% en 2022.
Según estimaciones el Mercado global de seguridad de Zero Trust alcanzará los 60,700 millones de dólares y registrará una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR, por sus siglas en inglés) de 17.3% para 2027.
Sin embargo, la adopción del modelo Zero Trust en las empresas de América Latina deberá considerarse como una estrategia imprescindible para 2023, sobre todo cuando se tiene previsto, de acuerdo con IDC Latinoamérica, que el gasto en servicios de ciberseguridad en América Latina será de US$3,595 millones, con un crecimiento de 11.1% de 2022 a 2023, y una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) de 11.2% hasta 2026.
Desde Akamai destacan que la arquitectura de seguridad Zero Trust reduce al mínimo el riesgo de que los agentes maliciosos traspasen el perímetro y, una vez dentro, se desplacen lateralmente y extraigan datos.
Las estrategias Zero Trust pueden aplicarse en diferentes áreas de la empresa, desde las personas y las cargas de trabajo hasta los dispositivos y los datos. De acuerdo con un estudio de la firma Statista, más del 30% de los encuestados consideró de alta prioridad la implantación de Zero Trust en las personas. Esto significaba una verificación exhaustiva de toda la actividad de los usuarios dentro de una empresa.
La transformación digital es una realidad y las empresas deben adoptar un modelo de seguridad para desarrollar con éxito el negocio, permitiendo la innovación y la agilidad, pero sin poner en peligro la seguridad.
Fuente: Akamai Technologies