El 25 % de las empresas ve afectada su reputación tras un ciberataque

Una investigación de Kaspersky muestra que, más allá del daño técnico, los ciberataques exponen fallas internas, debilitan alianzas estratégicas y comprometen la continuidad del negocio.

Tras un ciberataque, algunas organizaciones se enfocan en mitigar las consecuencias operativas, pero suelen dejar de lado otro costo silencioso que puede extenderse durante meses o incluso años después del incidente: el daño a su reputación.

Según una investigación de Kaspersky, el 25% de las empresas en América Latina que sufrieron un ataque cibernético en los últimos dos años reportaron un impacto directo en su imagen.

Aunque al principio pueda parecer intangible, esta afectación suele traducirse en desconfianza por parte del mercado y en dudas sobre la capacidad de la empresa para operar con seguridad, incluso mucho después de haber restaurado sus sistemas, operaciones e información sensible.

Un ciberataque revela cómo una organización protege su información crítica, la solidez de su infraestructura, la continuidad de sus operaciones y el nivel de seguridad que ofrece a clientes, consumidores, socios e inversionistas. Por ello, cuando una empresa sufre una brecha de seguridad, no solo se evalúa el incidente en sí, sino también su capacidad de respuesta. Y es precisamente en ese proceso donde, muchas veces, salen a la luz las verdaderas vulnerabilidades.

Por ejemplo, de acuerdo con la investigación, el 41% de las brechas de seguridad tienen su origen en amenazas internas y prácticas cotidianas de los colaboradores que, sin saberlo abren la puerta a los ataques. Las acciones más frecuentes incluyen la descarga de programas maliciosos, el acceso a sitios web no seguros y la respuesta a intentos de phishing.

Una vez comprometida la credibilidad, las consecuencias se materializan rápidamente en decisiones externas que afectan la continuidad del negocio. Los hallazgos revelan que el 16% de las empresas afectadas por incidentes de ciberseguridad en América Latina han perdido la confianza de sus clientes, mientras que otras han enfrentado el retiro de inversionistas (10%) y afectaciones económicas más amplias, como la cancelación de pedidos de sus productos o servicios, la caída en el valor de sus acciones o la ruptura de alianzas con clientes clave (10%).

La buena noticia es que, aunque el daño reputacional tras un ciberataque puede ser profundo, no es irreversible. Las organizaciones que adoptan una postura proactiva, invierten en cultura de ciberseguridad y responden con transparencia ante este tipo de incidentes pueden recuperar la confianza del mercado y fortalecerla para enfrentar retos futuros.

Fuente: Kaspersky

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