La transformación digital atraviesa a todo el sistema financiero latinoamericano. El crecimiento del sector fintech y la aceleración tecnológica de la banca tradicional están configurando un escenario donde ambos actores convergen para responder a usuarios que exigen inmediatez, simplicidad y experiencias consistentes.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la región ya supera las 3.000 fintechs, lo que representa un crecimiento mayor al 340% en seis años, mientras que los bancos incrementan de forma sostenida su inversión en digitalización impulsados por cambios regulatorios y nuevas expectativas de los clientes.
Los usuarios ya no diferencian entre bancos o fintechs, circulan entre ambos según la experiencia ofrecida. Plataformas como Mercado Pago, Ualá, Banco Galicia, o BBVA, consolidan un ecosistema híbrido donde pagos, inversiones, préstamos y microahorros conviven en interfaces móviles que operan en tiempo real y sin fricciones.
“El usuario espera que todo funcione en un mismo ritmo digital, sin importar quién lo provea. Esto se explica por tres motores que hoy reconfiguran el sistema financiero: accesibilidad, educación financiera y confianza digital”, explicó Facundo Umansky, UX Leader en Flux IT.
Los usuarios más jóvenes están acelerando esta transformación, millennials y centennials priorizan servicios inmediatos, información clara y personalización total. Tanto bancos como fintechs incorporan simuladores, asesoramiento automatizado y recomendaciones contextuales que ayudan a reducir barreras históricas y democratizan el acceso a productos financieros, lo que antes era un tema reservado a especialistas hoy es parte de la vida diaria.
Aun así, la evolución del sistema financiero presenta desafíos. América Latina enfrenta exigencias crecientes en ciberseguridad, transparencia algorítmica, protección de datos y regulación de activos digitales. Países como Brasil, México y Argentina avanzan en marcos de transformación que buscan garantizar estabilidad mientras impulsan la innovación. La interoperabilidad entre actores será clave para evitar nuevas brechas.
“Estamos ante un cambio estructural: la tecnología dejó de ser un fin para convertirse en el medio que habilita experiencias financieras más humanas. En Flux IT impulsamos la digitalización financiera desarrollando plataformas centradas en las personas, porque creemos que el futuro del dinero no está en los bancos ni en las fintechs, sino en facilitar la vida de los usuarios”, señalan desde la compañía.
La evolución del sistema financiero latinoamericano ya es un hecho. La digitalización promete reformular la forma en la que la región entiende, gestiona y se relaciona con su economía diaria.
Fuente: Flux IT







