El desarrollo del Internet satelital ha sido tal que, tras años de innovación, no solo se ha convertido en un complemento para las redes terrestres fijas y móviles, sino en pieza clave para contribuir al ansiado cierre de la brecha digital rural.
Considerando la evolución alcanzada por el Internet satelital, cabe preguntarse qué promesas plantea esta tecnología de cara al futuro de las telecomunicaciones en el mundo y en nuestra región. A pesar de que el 95% de la población mundial se encuentra en una zona de cobertura de banda ancha móvil, por lo menos 390 millones de personas no tienen acceso a Internet.
En primer lugar, hablamos de un futuro en el que más comunidades remotas estarán conectadas. Alternativas como el Wi-Fi Comunitario de Hughes, permiten hoy brindar conectividad a más de 25 millones de personas en el mundo, a través de puntos HughesXpress Wi-Fi, 2,500 de los cuales están en Latinoamérica.
Se trata de una región en la que menos del 45% de la población rural cuenta con servicios de conectividad, lo cual representa una brecha de 36 puntos frente a la población urbana, según cifras del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Pero el futuro de la conectividad depende además de la existencia de una red mundial de múltiples transportes, que incluya tanto los servicios satelitales de fibra y cable terrestre, como los satélites geoestacionarios y de órbita terrestre baja. Además, será de vital importancia contar con tecnologías que permitan administrar integralmente el flujo de datos de distintas ubicaciones.
El ancho de banda ya no será suficiente, los clientes necesitan servicios integrados y gestionados, además de automatización para potenciar y optimizar sus redes con seguridad, confiabilidad y accesibilidad a la nube.
En el marco del Día Internacional del Internet, tal es la promesa del Internet satelital de cara al futuro, en un mundo en el que la gente quiere estar conectada todo el tiempo y en todas partes, y en el que es indispensable contar con este tipo de tecnologías para contribuir a cerrar la brecha digital, especialmente en zonas rurales o de difícil acceso, donde el cable o la fibra no llegan, o llegan con dificultad.
Fuente: Hughes