¿La IA nos reemplazará en un futuro?

Todos los grandes cambios generan mucha incertidumbre en primera instancia. Lo importante en esta oportunidad, como en todas las anteriores, es que los aprovechemos para potenciarnos como humanidad.

Una columna de opinión publicada en The Wall Street Journal ha despertado nuevamente la polémica en relación a la IA y su impacto sobre los empleos “de cuello blanco”. Su autor, Ray A. Smith plantea, tras analizar diversas industrias, que podría resultar que muchos roles gerenciales desaparezcan para siempre.

“La IA generativa no sólo acelera tareas rutinarias o hace predicciones reconociendo patrones en los datos. Tiene el poder de crear contenido y sintetizar ideas: en esencia, el tipo de trabajo de conocimiento que millones de personas hacen ahora detrás de computadoras” concluye Smith.

Como viene ocurriendo a menudo desde la masificación de las inteligencias artificiales desde hace poco más de un año, cada vez que un referente o un medio importante realiza un vaticinio apocalíptico sobre IA y empleabilidad, emerge nuevamente la psicosis y la resistencia a este avance en la tecnología.

La IA va a eliminar empleos pero creará nuevos, no hay que ser ingenuos. Como todo avance tecnológico, uno de los propósitos de la IA es optimizar las labores humanas. Algunos oficios que conocemos actualmente podrían desaparecer o modificarse sustancialmente; pero también surgirán nuevas profesiones.

La IA existe hace más de 80 años, siempre ha estado en evolución permanente, pero su aplicación siempre estuvo reservada al sector privado. Hace décadas que empresas como Santex desarrollan soluciones basadas en IA para otras empresas y gobiernos, las cuáles seguramente tuvieron un impacto en las fuentes de empleo, pero que pocos advirtieron.

Las habilidades diferenciales de los humanos no pueden ser reemplazadas por AI: El informe “Global Risk Report 2024” elaborado por el Foro Económico Mundial, resaltó varias competencias interpersonales como las más demandadas y, en consecuencia, las que permiten a quienes las poseen obtener mayores ingresos.

El principal aprendizaje del estudio es que habilidades humanas como el pensamiento estratégico, capacidad de negociación, de persuasión, de presentación, pensamiento crítico, innovación, resiliencia y la inteligencia emocional no pueden ser emulados por la IA.

En el siglo XXI las empresas, además de hacer negocios, buscan aportar valor social, si bien hay excepciones, las corporaciones modernas se alejaron del estereotipo cinematográfico basado en los grandes campeones de la industria del siglo XIX. Las empresas de hoy saben que no pueden ser sustentables económicamente en sociedades pobres, por ello buscan integrarse armónicamente como un ecosistema.

Todos los grandes cambios generan mucha incertidumbre en primera instancia. Lo importante en esta oportunidad, como en todas las anteriores, es que los aprovechemos para potenciarnos como humanidad; no buscando que la tecnología nos reemplace sino viéndola como lo que es: una herramienta para maximizar nuestras posibilidades.

Fuente: Santex

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