La narrativa que predecía que la IA suplantaría la inteligencia humana está dando paso a una visión más ajustada a la realidad: la IA está destinada a amplificar nuestras capacidades. Al encargarse de las tareas monótonas, permite que los seres humanos se enfoquen en aquello en lo que realmente sobresalen: innovar, planificar y establecer conexiones humanas.
Se proyecta que, para el 2040, la IA y las tecnologías de automatización podrían incrementar la productividad global en un 3.3%, de acuerdo con estimaciones de McKinsey.
A medida que integramos más profundamente la IA en nuestros procesos de trabajo, quienes ya dominan su lenguaje o están dispuestos a aprenderlo tienen mayores oportunidades de progreso profesional. Las herramientas de IA generativa actuales son eficaces para procesar y comprender extensos volúmenes de información.
La revolución de las laptops por medio de la IA es un testimonio de esta sinergia. Las laptops, antes consideradas meras herramientas para ejecutar órdenes, están transformándose en colaboradores proactivos capaces de anticiparse a las necesidades de los usuarios. Hoy día, ofrecen aplicaciones revolucionarias, desde traducciones en tiempo real hasta análisis complejos de datos.
Además, los algoritmos de aprendizaje automático son capaces de predecir y optimizar flujos de trabajo, sugiriendo las maneras más eficientes de llevar a cabo las tareas. Esta habilidad predictiva indica que las laptops podrían pronto gestionar nuestras agendas, priorizar correos electrónicos y componer respuestas adaptadas a nuestros estilos personales de comunicación.
Es innegable, la IA está transformando las laptops de simples herramientas de cómputo en compañeros inteligentes que comprenden el contexto, anticipan necesidades y colaboran en la toma de decisiones estratégicas.
Silvio García, director regional de la empresa para Colombia y México