El mercado de la inteligencia artificial se está expandiendo a nivel mundial y se espera que alcance una tasa de crecimiento anual compuesta de más del 31% para 2029. A medida que este crecimiento continúa, aumenta la demanda de capacidad de servicio de los centros de datos, el abastecimiento térmico y energético, el consumo y los requisitos de gestión.
Para que los centros de datos soporten la computación de alto rendimiento (HPC), la infraestructura física tendrá que adaptarse para satisfacer las nuevas demandas. Esto plantea la siguiente pregunta: ¿Debemos replantearnos por completo el diseño de los centros de datos?
Por regiones, Latinoamérica está preparada para recibir inversiones impulsadas por HPC e IA. De acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se estima que la inteligencia artificial (IA) podría aportar hasta un 5.4% al PIB de América Latina para el año 2030, rezagada en comparación a otras regiones, pero aun así se trata de un avance significativo.
Sin embargo, la región debe comenzar a adaptar gradualmente su infraestructura digital crítica actual para satisfacer las necesidades de alto rendimiento y proporcionar una plataforma de apoyo integral para permitir sistemas de inteligencia artificial. Esto implica integrar tecnologías avanzadas, proporcionar capacidades de alimentación y refrigeración de mayor capacidad y equilibrar la distribución de energía con la eficiencia.
La refrigeración líquida resulta fundamental para gestionar las elevadas cargas térmicas generadas por las aplicaciones de IA, y está disponible en diversas configuraciones, como intercambiadores de calor de puerta trasera (RDHx), refrigeración directa al chip y refrigeración por inmersión. Estas soluciones ofrecen varias ventajas, como una mayor eficiencia en la eliminación del calor, un menor consumo de energía al mantener temperaturas óptimas y menores costos de funcionamiento.
En la actualidad el 60% de la matriz energética de Latinoamérica y el Caribe procede de recursos renovables, y la región aspira a alcanzar al menos el 70% en 2030. Con esta abundancia de recursos naturales, existe un gran potencial para adoptar energías limpias.
El crecimiento generalizado de la IA exige que los centros de datos adapten su infraestructura y satisfagan mayores demandas de capacidad, gestión térmica y energía. Esto significa implementar soluciones innovadoras.
América Latina, con su creciente adopción de energías renovables y su potencial para recibir inversiones tecnológicas, debe adaptarse rápidamente a las nuevas demandas generadas por el crecimiento exponencial de la inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento.
Por Gustavo Pérez, director de ventas para cuentas mayores en Vertiv