Las capacidades tecnológicas que permiten a un activo apreciarse en el tiempo, también pueden ser aprovechadas para crear nuevas oportunidades de monetización. Por ejemplo, las soluciones digitales de detección de objetos en tiempo real, y de la interacción de dispositivos IoT con su entorno, permiten que sea posible explotar el valor económico del aprendizaje.
Con la Internet de las Cosas, las oportunidades para monetizar los nuevos conocimientos operativos, de productos y de clientes basados en la interacción autónoma con el entorno, son prácticamente ilimitadas.
Gracias a la transformación digital, estas economías del aprendizaje son más poderosas y rentables que las economías a escala, ya que aprovechan la capacidad de crear modelos de IA más potentes, que aprenden y vuelven a implementar esos aprendizajes dentro de los activos digitales.
Compañías como Hitachi Vantara, han identificado los pasos previos, a seguir a modo de metodología, en lo que se denomina la “Escalera de Valor de los Datos”, para producir activos inteligentes, que incrementan su valor y apreciación, en la medida en que se usan más en el tiempo. Las siguientes son las etapas y pasos clave:
1. Almacenar y proteger los Datos: son los cimientos fundacionales de la estrategia, primer paso y quizás el más importante. El desafío es tomar el control de la enorme cantidad de Datos que se generan, y aquí la infraestructura tecnológica es fundamental.
2. Enriquecer los Datos: se necesita contar con un conjunto de herramientas y capacidades que permitan poner en contexto la información capturada, por medio de cualquier medio o fuente digital. Para luego establecer relaciones útiles entre cada pieza de información, para catalogarla, indexarla, y dejarla lista para ser utilizada por las capas superiores del proceso.
3. Activar los Datos: en esta fase definimos el para qué vamos a usar los Datos, en qué ideas de negocios nos pueden servir, cómo podemos sacarles provecho.
4. Monetizar los Datos: en el paso final tratamos de conseguir beneficios medibles para el negocio. Permite a las compañías utilizar la información de forma positiva e inteligente, para crear ofertas y servicios innovadores, que generen ingresos y ventajas competitivas.
En definitiva, los activos basados en datos digitales no sólo destacan por su atributo de apreciabilidad en el tiempo, sino que también tienen el potencial de impulsar la transformación digital en sectores e industrias que aún no realizan el salto a la cuarta revolución industrial.