La IA irrumpió en nuestras vidas con una fuerza innegable, transformando la forma en que trabajamos, nos relacionamos y entendemos el mundo. Sin embargo, esta revolución tecnológica brinda interrogantes sobre el impacto que tiene en la sociedad y las empresas.
Desde su irrupción en el ojo público, la IA genera a nivel global entusiasmo y preocupación por parte de la mayoría de los usuarios digitales. A modo de ejemplo, los prompts u órdenes de Chat GTP o Gemini de Google ayudan a los redactores de cualquier campo a reducir horas de trabajo. Pero, a su vez, la misma función interviene en las trayectorias educativas de los estudiantes, que abusan de esta tecnología para hacer resúmenes y trabajos finales.
Las empresas tampoco se quedan atrás. Impulsados por lograr tareas de mayor eficacia, adquieren tecnologías desconociendo sus riesgos. Así se vuelven vulnerables a la posibilidad de un hackeo o robo de datos, cuyos fines desconocen. Quedan expuestos a posibles sesgos de discriminación e injusticias humanas que se pueden cometer en la transmisión del lenguaje.
En agosto de este año, el magnate en robótica y tecnología Elon Musk se posicionó a favor de una Ley californiana para la regulación de las IAs. “He defendido la regulación de la IA, al igual que regulamos cualquier producto o tecnología que represente un riesgo potencial para el público», escribió en X, su red social. No es la primera ni la última vez que el empresario sudafricano reflexiona y predice sobre el futuro de los procesadores de datos.
Por otro lado, en Argentina, más compañías se suman a la tendencia de cuidar su información, prohibiendo a los trabajadores que compartan estos datos a aplicaciones desconocidas. Ya en 2023, según los datos oficiales de la Dirección Nacional de Ciberseguridad, se registraron en nuestro país un total de 379 incidentes de seguridad informática en entidades estatales, financieras, transporte, energía y otros. Entre los delitos digitales se destacan el uso no autorizado de los recursos y los derechos de autor así como la suplantación de identidad.
Ignorar qué o quiénes están detrás del algoritmo de una IA puede tener consecuencias terribles y para enfrentarse a ellas hacen falta herramientas claras, con algún tipo de validación. Para ayudar a los ciudadanos, entidades y pymes a responsabilizarse sobre la información que le están delegando a las IAs, existen organismos como el Instituto Argentino de Inteligencia Artificial.
La IA no solo puede ser una buena herramienta para el desarrollo de las entidades privadas y públicas, también puede generar talentos y, al contrario de lo que se piensa, crear empleos a nivel local. En el mundo de las grandes empresas IT, son muchos los jóvenes estudiantes de Latinoamérica e India que empiezan sus carreras allí. Los sueldos para estas organizaciones son baratos, pero para nosotros, debido a la diferencia cambiaria, son importantes.
Por Fabián Ruocco, Director Ejecutivo de Vintecar 4.0.