La transformación digital en el sector financiero de América Latina es una oportunidad para reinventar la experiencia financiera y llevarla a un nivel completamente nuevo. Sin embargo, la digitalización ha aumentado la superficie de ataque, la cual es aprovechada de manera alarmante por grupos criminales que aprovechan la oportunidad para ocultar el origen de fondos obtenidos de actividades ilegales, con el fin de hacerlos parecer legítimos.
BioCatch, destaca que el blanqueo de capitales o lavado de dinero en Latinoamérica se ha convertido en una de las mayores amenazas para la estabilidad del sistema financiero. Esto derivado de altos niveles de violencia y corrupción, a la par de la fragilidad regulatoria, la ausencia de sanciones y los desafíos de cumplimiento.
Josué Martínez, Global Advisor de BioCatch, resalta que las cuentas mulas han aumentado un 100%, de acuerdo con informe de BioCatch de 2023, debido a que desempeñan una función fundamental en la infraestructura de la cadena de suministro del fraude y son un mecanismo para realizar transacciones fraudulentas, lavar dinero y respaldar las operaciones delictivas.
“Esta situación es alarmante. BioCatch reportó en 2024 más de dos millones de cuentas mulas de dinero de 257 instituciones financieras en 21 países de los cinco continentes. Además, el 90% de las transacciones con mulas de dinero están relacionadas con la ciberdelincuencia y el 78% de dicha actividad involucra a menores de 21 años”, señala Martínez.
Dicha situación ha ido en ascenso, en parte, por la llamada inclusión financiera. Los consumidores de América Latina y el Caribe reciben dinero, 85% de estos utiliza medios digitales para administrarlo. México avanza con CoDI y servicios de banca móvil, cada vez más accesibles incluso en áreas remotas. Los países que muestran una mayor adopción de las billeteras móviles son Argentina, Panamá, Colombia y Perú.
Muchos países de LATAM aún carecen de la infraestructura y los recursos necesarios para implementar eficazmente las regulaciones. Si bien, los países de Latinoamérica tienen sus propias regulaciones AML (Anti-Money Laundering) para combatir el crimen, la región debe avanzar hacia una regulación de cuentas mulas.
Con la inteligencia biométrica de comportamiento, las instituciones financieras pueden identificar cuentas mulas mediante la detección de patrones inusuales que indiquen actividades sospechosas.
Fuente: BioCatch