Argentina no avanza en Cloud Computing

BSA | The Software Alliance lanzó los resultados del Global Cloud Computing Scorecard 2018, un estudio que evalúa las políticas informáticas en la nube en todo el mundo.

Argentina se ubica 17 entre las 24 principales economías de TI, en comparación con su clasificación en el lugar 16, ocupado en 2016, una señal de que el entorno legal y regulatorio para la computación en la nube está estancada frente a la innovación.

La última versión del informe mundial para clasificar la preparación de los países para la adopción y el crecimiento de servicios informáticos en la nube presenta una metodología actualizada que refleja las políticas que han ayudado al crecimiento exponencial de la computación en la nube en los últimos cinco años, poniendo más énfasis en las leyes nacionales de privacidad y seguridad cibernética, y en la infraestructura de banda ancha.

Victoria Espinel, presidente y CEO de BSA | The Software Alliance destacó que “El Scorecard es una herramienta que puede ayudar a los países a autoevaluar de manera constructiva sus políticas y determinar los próximos pasos para aumentar la adopción de la computación en la nube”.

En 2018, la mayoría de los países continúan realizando mejoras, pero algunos mercados se están quedando atrás. Alemania obtuvo el puntaje más alto en el Scorecard, debido a sus políticas nacionales de seguridad cibernética y promoción del libre comercio, seguida de cerca por Japón y Estados Unidos. Lo que viene detrás es un pequeño grupo de naciones que no han adoptado el enfoque internacional: Rusia, China, Indonesia y Vietnam. Los hallazgos clave del informe son:

Las políticas avanzadas de privacidad y seguridad distinguen a los países líderes de los mercados rezagados. Los países continúan actualizando y perfeccionando sus regímenes de protección de datos, la mayoría de las veces de una manera que permite el flujo transfronterizo de los datos. Varios países, sin embargo, aún no han adoptado las leyes de privacidad adecuadas.

Las desviaciones con respecto a los regímenes ampliamente adoptados y a los acuerdos internacionales están deteniendo mercados clave. Los estándares, las certificaciones y las pruebas aceptadas internacionalmente ayudan a mejorar el entorno de seguridad para la computación en la nube, pero no todos los países reconocen las prácticas recomendadas como cumplir con los estándares locales.

Esos pocos países que han adoptado políticas de localización pagan un alto precio. Los requisitos de localización de datos actúan como una barrera para la computación en la nube, lo cual causa impactos financieros negativos para los mercados locales.

El mayor énfasis en la preparación de TI y la implementación de banda ancha conduce a resultados interesantes. La capacidad de los países y las compañías para aprovechar la computación en la nube para el crecimiento requiere acceso a una red potente. Si bien casi todos los países continúan trabajando para mejorar el acceso de banda ancha, el éxito de tales iniciativas sigue siendo muy variado.

“Los países que adopten la libre circulación de datos, implementen soluciones de seguridad cibernética de vanguardia, protejan la propiedad intelectual y establezcan una infraestructura de TI continuarán cosechando los beneficios de la computación en la nube tanto para las compañías como para ciudadanos por igual” finalizó Espinel.

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