América Latina se encuentra en un momento clave en su evolución como centro de innovación. En los últimos años, el ecosistema emprendedor de la región ha crecido exponencialmente, con más de 220 startups fundadas en los últimos años.
Además, ciudades como San Pablo, Buenos Aires, Santiago de Chile y Ciudad de México han escalado posiciones en el Índice Global de Ecosistemas de Startups, superando a mercados más consolidados.
Sin embargo, a pesar del auge de unicornios y la atracción de inversores globales, las startups latinoamericanas siguen enfrentando desafíos estructurales que limitan su capacidad de crecimiento y escalabilidad. El acceso al financiamiento, la burocracia, la infraestructura digital y la falta de políticas públicas que fomentan la innovación continúan siendo barreras significativas.
Si bien la región ha demostrado su capacidad para generar soluciones innovadoras en sectores como fintech, agtech y biotech, aún existe una brecha con respecto a otros mercados más consolidados, como Estados Unidos o Europa.
Sobre este punto, Ezequiel Mesquita, CEO del Parque de Innovación Buenos Aires, destaca: “Los ecosistemas de innovación en América Latina enfrentan mayores barreras de acceso a financiamiento y menor inversión en investigación y desarrollo en comparación con Estados Unidos y Europa, donde existen mercados más maduros y estructuras de apoyo más consolidadas. Para que la región pueda cerrar esta brecha, es clave fortalecer la articulación entre todos los ecosistemas, promoviendo un trabajo colaborativo y en red.»
En este contexto, las aceleradoras cumplen un rol clave en la conexión de startups con redes de inversión, mentoría y expansión internacional. Su labor no solo permite escalar negocios, sino que también ayuda a reducir la brecha de conocimiento entre mercados emergentes y desarrollados.
Desde Mana Tech, hemos visto cómo el acceso a redes globales transforma el futuro de las startups latinoamericanas. Las aceleradoras no solo ofrecen financiamiento y mentoría, sino que también generan oportunidades de aterrizaje suave en mercados como Estados Unidos, donde el acceso a capital y tecnología es mucho más competitivo.
El potencial de América Latina como referente en innovación es enorme. Para materializarlo, debemos apostar por la colaboración, la inversión y el desarrollo de talento. La región ya ha demostrado que puede competir a nivel global; ahora, el desafío es sostener y acelerar este crecimiento.
Por Inés Lucena, Community Builder de Mana Tech