La región experimenta un salto cualitativo del trámite digital al proceso inteligente, con Perú en posición 58 mundial, Colombia en 68 y Panamá en 79 del E-Government Development Index 2024, mientras el mercado regional proyecta multiplicarse por cinco hacia 2033
América Latina está experimentando una transformación digital sin precedentes que trasciende la simple digitalización de procesos. El mercado regional de transformación digital alcanzó los USD 53.40 millones en 2024 y proyecta un crecimiento explosivo hacia los USD 257.49 millones para 2033, exhibiendo una tasa de crecimiento anual compuesta del 17.70%. Esta evolución encuentra en Perú, Colombia y Panamá tres casos paradigmáticos de cómo la región está transitando del trámite digital hacia procesos verdaderamente inteligentes.
El E-Government Development Index 2024 de las Naciones Unidas posiciona a estos tres países como líderes regionales en diferentes aspectos de la transformación digital: Perú ocupa la posición 58 mundial con un puntaje de 0.8070, Colombia se ubica en el puesto 68 con 0.7793, y Panamá alcanza la posición 79 con 0.7298. Estas cifras reflejan no solo avances tecnológicos, sino una comprensión profunda de que la verdadera transformación digital requiere repensar los procesos desde su lógica interna.
El paradigma del proceso inteligente: más allá de la digitalización
La diferencia entre digitalizar y transformar se hace evidente cuando analizamos la realidad operativa de muchas organizaciones en estos tres países. Mientras que la digitalización se limita a convertir procesos manuales en versiones electrónicas, la transformación digital implica rediseñar completamente los flujos de trabajo para aprovechar las capacidades de las tecnologías emergentes.
En Perú, donde el gobierno ha establecido una Política Nacional de Transformación Digital enfocada en modernizar la gestión pública, el desafío no radica únicamente en tener más tecnología, sino en ordenar los procesos existentes. Muchas instituciones públicas y privadas peruanas han superado el uso del papel, pero permanecen atrapadas en lógicas esencialmente manuales: planillas de Excel interminables, aprobaciones por correo electrónico que demoran días, tareas repetitivas sin trazabilidad y flujos de trabajo desordenados que consumen recursos valiosos.
Colombia presenta un escenario similar pero con un marco legal más desarrollado. El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 y la Política de Gobierno Digital del Ministerio de Tecnología han establecido las bases institucionales para una transformación profunda. Sin embargo, el progreso institucional no siempre se traduce en mejoras concretas en los procesos cotidianos. En muchas organizaciones colombianas persisten las tareas manuales, los formularios en Excel, las aprobaciones que demoran días por correo electrónico y una burocracia lenta que consume tiempo y recursos.
Panamá, por su parte, muestra avances importantes hacia la digitalización del Estado, con 3.54 millones de usuarios de Internet que representan el 78.8% de penetración. No obstante, en muchas organizaciones públicas y privadas panameñas, la digitalización convive con prácticas que reducen la eficiencia general: correos interminables para aprobar solicitudes, formularios que se llenan manualmente aunque se envíen en PDF, y tareas que dependen más del ingenio humano que de procesos automatizados y confiables.
La revolución iBPM: democratizando la mejora de procesos
La respuesta a estos desafíos se encuentra en las plataformas de gestión inteligente de procesos de negocio (iBPM, por sus siglas en inglés). Estas soluciones representan un salto cualitativo respecto a las herramientas tradicionales de automatización, ya que combinan modelado gráfico, automatización, trazabilidad, analítica documental y capacidad de adaptación a entornos complejos en una sola plataforma integrada.
El enfoque iBPM no busca reemplazar toda la infraestructura existente de golpe, sino rediseñar los flujos de trabajo desde una lógica modular, ágil y trazable. Esta característica resulta especialmente valiosa en el contexto latinoamericano, donde coexisten entidades públicas de distintas capacidades, gobiernos locales con recursos limitados y empresas en diferentes etapas de transformación.
En Perú, donde coexisten entidades públicas de distintas capacidades y gobiernos locales con recursos a veces limitados, el enfoque modular del iBPM ofrece un equilibrio ideal entre orden y agilidad. Las organizaciones pueden comenzar con procesos clave como autorizaciones internas, gestión de licencias o control documental, y luego escalar con rapidez sin necesidad de grandes reestructuraciones.
Colombia, con su ecosistema digital en expansión y una necesidad urgente de eficiencia, encuentra en el iBPM una solución estratégica que no implica reemplazar todos los sistemas heredados simultáneamente. En cambio, permite identificar los cuellos de botella que más afectan la operación diaria y abordarlos con herramientas que se adapten a la realidad específica de cada organización.
Panamá, con sectores estratégicos como la logística, el comercio exterior, la banca y el sector público que requieren cada vez más eficiencia y trazabilidad en tiempo real, encuentra en el iBPM una herramienta que permite que cada actor en un proceso sepa en qué etapa se encuentra, qué falta para avanzar y quién es responsable de resolverlo.







