BTR Consulting presentó su informe especial “Ciberseguridad y discapacidad 2025”; con el objetivo de evaluar el nivel de accesibilidad de los programas de ciberseguridad corporativos para personas con discapacidad.
En esta misma línea, la reciente encuesta realizada por BTR evidencia que el 53% de las empresas aún no incorpora criterios de accesibilidad en sus políticas de ciberseguridad. Esta omisión representa no solo un obstáculo para trabajadores con discapacidad, sino también un riesgo operativo para las organizaciones, al dejar expuestos a ciertos colaboradores a barreras digitales y mayores vulnerabilidades.
Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting destacó: “La ciberseguridad inclusiva no es solo un imperativo ético; es un factor crítico de continuidad operativa y de reputación. Las empresas que garanticen accesibilidad reducirán vulnerabilidades y potenciarán la productividad de toda su fuerza laboral.”
La investigación, realizada entre profesionales del sector tecnológico y de recursos humanos, también muestra un amplio consenso sobre la necesidad de avanzar hacia una ciberseguridad inclusiva: el 65% de los encuestados considera fundamentales herramientas como interfaces accesibles, autenticación biométrica alternativa y lectores de pantalla.
Sin embargo, a pesar del reconocimiento generalizado de su importancia, solo una minoría de las empresas ha implementado estas soluciones de forma efectiva, lo que demuestra una brecha preocupante entre la conciencia del problema y la acción concreta.
Entre los principales desafíos que enfrentan las organizaciones en materia de ciberseguridad inclusiva se destacan la escasez de herramientas tecnológicas adaptadas y la complejidad de los protocolos actuales, que muchas veces resultan inaccesibles para personas con discapacidad.
A esto se suma una baja concientización institucional, que impide priorizar el tema en la agenda corporativa, y la falta de programas de formación específicos en accesibilidad digital, tanto para los equipos técnicos como para los usuarios. Esta combinación de factores no solo limita el acceso equitativo a entornos digitales seguros, sino que también aumenta la exposición a riesgos cibernéticos en contextos laborales diversos.
“La seguridad digital debe ser universal. No puede haber barreras para acceder a sistemas críticos por razones de discapacidad. La ciberseguridad inclusiva es una necesidad ética, pero también estratégica: mejora la productividad, reduce riesgos y construye organizaciones más resilientes”, concluyó Zurdo.
Fuente: BTR Consulting