Actualmente, nos encontramos en una nueva encrucijada tecnológica, planteada por la IA. Innegablemente, la IA ha revolucionado las dinámicas laborales prometiendo ventajas importantes para las empresas, sobre todo en términos de innovación y productividad, pero también está planteando complejos desafíos. Y es que el valor de los datos se ha disparado con la llegada de esta tecnología.
Los datos son el motor detrás de los modelos de IA; en otras palabras, es con grandes cantidades de datos confiables que la IA puede entrenarse y, así, cumplir su cometido con eficiencia y precisión. El problema es que este increíble potencial conlleva también preocupaciones y retos alrededor de la privacidad de los datos.
El éxito de la IA pende en la delgada línea entre aprovechar su poder y mantener la información confidencial y segura. A ello hay que agregar las regulaciones, debido a que los gobiernos del mundo continúan implementando estándares de IA, cumplimiento y resiliencia cibernética cada vez más estrictos y restrictivos en todos los ámbitos, impulsados por la creciente cantidad de ataques cibernéticos, como el ransomware y las lagunas regulatorias todavía existentes.
Desde hace tiempo, las comunidades de IA y privacidad de datos necesitan relaciones más estrechas y colaborativas, pero ahora esto es más crucial que nunca, debido a la llegada de la IA generativa, cuyos modelos –incluidos el lenguaje de gran tamaño (LLM) y las plataformas de ciencia de datos y aprendizaje automático (DSML)– ingieren grandes cantidades de datos potencialmente sensibles.
La privacidad por diseño implica integrar medidas de privacidad desde el inicio del sistema de IA y durante todo su ciclo de vida. Este modelo incluye limitar la recopilación de datos a lo necesario, obtener el consentimiento explícito del usuario y mantener la transparencia sobre actividades de procesamiento de datos.
La resiliencia de los datos es una tarea integral, que abarca gestión de identidades, seguridad de dispositivos y redes, y protección de datos (mediante herramientas de respaldo y recuperación). Precisa mantenerse en constante evolución.
Optimizar el paraguas completo de la protección de datos del negocio integrando la resiliencia cibernética con la privacidad de los datos desde el principio hará más fácil tener un mejor control y gestión, sobre todo ahora que la IA se convierte en un ingrediente fundamental de la infraestructura tecnológica de las empresas, y esto será, sin duda, para el bien de todos.
Por Dmitri Zaroubine, Director de Ingeniería de Sistemas de Veeam para Latinoamérica