las relaciones bilaterales, aumentar los niveles de comercio, que hasta ahora son bajos, y establecer una «alianza estratégica» bilateral, son las premisas centrales de la reunión que el presidente Mauricio Macri mantuvo en la Casa Rosada con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el pasado mes de noviembre.
Fue un encuentro protocolar, pero también cargado de simbolismos y recuerdos. Es que hace 57 años que no visitaba la Argentina un primer ministro japonés. Y precisamente el último que vino al país, en 1959, fue el entonces primer ministro, Nobusuke Kishi, abuelo de Abe.
«Hemos acordado construir una relación de asociación estratégica para adelantar más las relaciones entre nuestros países. También hemos coincidido en promover el comercio entre los dos países; en el ámbito económico las empresas japonesas tienen mucho interés en la Argentina, que posee enorme potencialidad», expresó Abe.
A partir de ahora, el Estado japonés dará respaldo financiero a las empresas de su país para invertir en la Argentina. Lo hará por medio la Organización de Comercio Exterior de Japón (Jetro, por sus siglas en inglés) y esto resulta ser todo un cambio de paradigma: durante los 12 años del gobierno de los Kirchner y con un país en default, el Estado japonés no avalaba ningún proyecto de inversión en la Argentina.
Los resultados de esa lánguida relación bilateral estuvieron a la vista: según datos de la ONU, la Argentina ocupa el puesto 55 en la nómina de países que comercian con Japón. El año pasado hubo un total de 1223 millones de dólares en exportaciones y compras de Tokio por 572 millones. Unas cifras ínfimas si se compara el amplio volumen del comercio de Japón con Brasil. Hoy, las inversiones de Japón en la Argentina rondan los US$ 100 millones anuales. Es decir, 30 veces menos que el capital invertido en Brasil.
Como parte de la visita oficial de Abe a Buenos Aires, el embajador de Japón, Noriteru Fukushima, adelantó que las empresas de su país buscarán invertir entre US$ 6000 y 9000 millones en los próximos tres años en la Argentina, especialmente en las áreas de energía, minería, infraestructura, industria y agronegocios.