Además de no incorporar a ningún dirigente latino en el gabinete, el flamante presidente de Estados Unidos no oficializó ni a un especialista en América latina en su gobierno, toda una declaración sobre su agenda de prioridades.
«Cuesta creerlo, pero es así. Igual, no hay que sobredimensionar esto. Creo que significa que estamos frente a alguien que no pensaba que iba a ganar y no estaba preparado para ganar», explicó Michael Shifter, presidente de la organización Inter-American Dialogue, con sede en Washington.
Pese a este clima de incertidumbre, que domina las previsiones de la mayoría de los analistas estadounidenses más allá de México y su lucha por evitar una extensión del muro fronterizo, Shifter cree que «los dos principales temas que dominarán la agenda con la región serán la economía y la seguridad, especialmente el narcotráfico». «El terrorismo será una preocupación de menor nivel, vinculada a Irán y Hezbollah», agregó.
Sobre este último tema, Argentina podría quedar en la mira del nuevo gobierno de Estados Unidos, según la visión de la Casa Blanca. El miembro del gabinete de Trump con más vínculos y experiencia en América latina es el general retirado John Kelly, hoy flamante secretario de Seguridad Nacional y hasta el año pasado el jefe del Comando Sur, es decir, el encargado de las Fuerzas Armadas estadounidenses en toda la región.