Actualmente existen marcas que tienen la capacidad de explorar tecnologías innovadoras como Web3 y blockchain y tienen mucho éxito, pues lo hacen de manera adecuada. Sin embargo, lo anterior genera una brecha con respecto a aquellos negocios que temen incursionar en estas tecnologías.
El potencial de la Web3 y blockchain abre un nuevo mundo de oportunidades para que las empresas puedan entrar a mercados más jóvenes. De acuerdo con una encuesta de McKinsey, 20% de los compradores de los principales mercados mundiales entre 25 y 44 años posee activos digitales. Dos tercios de ellos han efectuado pagos utilizando activos digitales en Web3 y más de la mitad utilizan NFT como forma de identidad digital o respaldo de una posesión digital.
Para empresas que requieren de herramientas que permitan mejorar sus operaciones, como por ejemplo los tickets para eventos, bienes raíces o incluso la banca tradicional, la incursión en estas disrupciones es más que necesaria.
La principal característica que distingue a Web3 es la descentralización de los modelos de negocio. Esta diferencia se da porque en la Web2 la propiedad de las plataformas pertenece a las empresas y, por lo tanto, son ellas quienes permiten el acceso a cambio de datos personales.
En esta segunda Web, las empresas crean sitios y aplicaciones que se desarrollan, comercializan y monetizan de forma privada, lo que quiere decir que, todas las decisiones relacionadas con la funcionalidad y control de un sitio o aplicación se concentran en unas cuantas manos y los ingresos se distribuyen entre directivos y accionistas.
En la Web3 las plataformas son propiedad de los usuarios y la idea es que el control ya no esté centralizado en grandes plataformas y empresas, sino que se distribuya a través de blockchains libres y transparentes.
Lo anterior significa un cambio de paradigma en los modelos de negocio pues, al no requerir de los intermediarios, se busca darle mayor poder a los usuarios y creadores a través del código abierto para brindar más libertad de innovar, probar, construir y escalar.
Como consecuencia, el ecosistema de activos digitales está creciendo de forma considerable. La demanda de servicios web 3.0 proviene de todas partes desde sectores como la banca, hasta las telecomunicaciones y enseñanza. Si a ello le sumamos el despunte de monederos web 3.0, no es de sorprenderse que se pronostique un crecimiento del 43.7% hacia 2030, de acuerdo con Emergen Research.
Ingmar Frey, CEO y cofundador de Avocado Blockchain Services, destaca el proyecto Google Cloud for Web3, lanzado en 2022, como un ejemplo claro de este compromiso y el interés sostenido que la empresa norteamericana tiene en el desarrollo de estas tecnologías.
El hecho de poder crear presencias digitales únicas y auténticas hace que los sitios y aplicaciones de Web3 ofrezcan un mayor nivel de seguridad y privacidad que los tradicionales. Esto ofrece a las marcas una oportunidad única para diferenciarse de sus competidores y generar confianza entre sus clientes.
Además, por su naturaleza descentralizada significa que no hay ningún punto central de fallo que pueda ser explotado por ciber atacantes. Las marcas pueden estar seguras de que sus activos digitales están protegidos en la red blockchain, lo que reduce el riesgo de violaciones o filtraciones de datos.
Representa una forma nueva de diferenciarse de los competidores y la oportunidad para posicionarse como vanguardistas e innovadoras, lo que puede ayudarles a destacar en un mercado saturado, pero sobre todo incursionar con audiencias más difíciles de alcanzar como la generación Z.
Raymundo Cámara, CFO en Avocado Blockchain Services, comenta: “El proceso de desarrollar desde cero una solución a problemáticas específicas dentro del entorno Web3 es un reto importante que no muchos negocios logran resolver, pues implica una inversión 10 a 15 veces superior en comparación con adquirir una plataforma que ya cuente con la tecnología y que solo requiere adaptarse al modelo y estructura del negocio y permita a la empresa hacerse presente en el entorno Web3 en cuestión de semanas y no meses.”
Fuente: Avocado