Ante los retos económicos de Latinoamérica, la colaboración entre actores del ecosistema financiero desempeña un papel imprescindible para impulsar el crecimiento de la región. En particular, una conexión fluida y eficiente entre los bancos tradicionales y las fintech se ha convertido en un factor clave para el desarrollo de nuevos productos y servicios y la penetración de los mismos.
De acuerdo con el reporte Open Banking Market by Financial Service and Distribution Channel, elaborado por Allied Market Research, se estima que el mercado global de banca abierta alcanzaría para 2031, un valor superior a los USD 123 mil millones, para lo cual se requiere una colaboración cada vez más sólida y real entre las diversas partes del sector.
“Lo anterior podría permitir que hubiera una conexión e interoperabilidad más eficiente entre diferentes sistemas y métodos de pago, o bien entre tecnologías y funcionalidades habilitadas por las fintech y las capacidades comerciales y de información entre los bancos”, explica Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect.
En este sentido, las interfaces de programación de aplicaciones (APIs) se han convertido en el epicentro de una comunicación más fluida, segura y eficiente entre banca y fintech, ya que contribuyen a mejorar la experiencia de los usuarios quienes pueden acceder y gestionar servicios financieros en un solo lugar.
En tiempos donde la inmediatez predomina en el mundo, las APIs son un verdadero aliado para mejorar la agilidad y simplificación de diversos procesos de negocio, desde reducir costos hasta optimizar los procesos con los usuarios.
Lo anterior brinda a los usuarios una visión más completa de su situación financiera y permite tanto a bancos como a fintech ofrecer servicios más personalizados. En este sentido, a nivel global más del 90% de las empresas tiene planeado o ya utiliza una API para tener un mayor conocimiento de sus clientes o compartir información con otros actores del ecosistema.
Las APIs también fomentan la innovación y la inclusión financiera, ya que se crea un entorno más propicio para el desarrollo de soluciones financieras más avanzadas y eficientes, prueba de ello es su contribución al crecimiento en la región de los pagos digitales, donde en los últimos años pasó del 5% al 20%, según estudios del Banco de Desarrollo de América Latina.
“Una mayor colaboración entre bancos y fintech genera más interoperabilidad entre diferentes jugadores, lo cual permite por ejemplo que cada día existan sistemas que pueden ofrecerte una experiencia de pago más rápida y conveniente sin necesidad de estar interactuando entre diversas aplicaciones al mismo tiempo”, finaliza Grassi.
Fuente: Finerio Connect
