Los gurús económicos de Davos prevén un debilitamiento de la economía en mundial en 2024, y particularmente en la europea, por el incremento de diversos problemas, entre ellos los geopolíticos, que afectarán al crecimiento y a los mercados. Así lo refleja el último informe del Foro Económico Mundial elaborado tras una encuesta a economistas jefe de instituciones públicas y privadas de todo el mundo, entre ellas el Banco Santander y BBVA.
Aproximadamente siete de cada diez economistas jefe prevén que el ritmo de la fragmentación geoeconómica se acelerará este año, en dirección contraria a la globalización de la pasada década. Y la mayoría afirma que la geopolítica impulsará la volatilidad de la economía mundial (87%) y de los mercados bursátiles (80%). La fragmentación avanza y un 80% sostiene que se reforzarán los bloques geoeconómicos y que se ampliará la brecha Norte-Sur los próximos tres años.
«La incertidumbre que dominó las perspectivas económicas del pasado año seguirá oscureciendo la evolución económica a corto plazo», se afirma en el informe. .»El 56% de los economistas jefe esperan que la economía mundial se debilite el próximo año» y el porcentaje aumenta a un 77% cuando se les pregunta por la europea..
«Aunque se han producido avances positivos, como la relajación de las presiones inflacionistas y los avances en el campo de la inteligencia artificial (IA), las empresas y los responsables políticos se enfrentan a una volatilidad continuada, ya que las condiciones de financiación siguen siendo restrictivas y suben las diferencias geopolíticas y las tensiones sociales».
Sobre la Inteligencia Artificial, los economistas jefe esperan que los beneficios de la IA varíen ampliamente entre los distintos grupos de países en función de su renta.
Una gran mayoría afirma que la IA aumentará la eficiencia de la producción (79%) y la innovación (74%) en las economías de renta alta este año. De cara a los próximos cinco años, el 94% espera que estos beneficios de productividad sean económicamente significativos en las economías de renta alta, frente a sólo el 53% en las economías de renta baja.
Casi tres cuartas partes (73%) no prevén un impacto positivo neto sobre el empleo en las economías de renta baja. En cambio, sólo el 47% dijo los mismo para las economías de renta alta.
También hay pesimismo con la política industrial, porque, pese a que los Gobiernos de todo el mundo coinciden en pretender relanzarla, los expertos son casi unánimes en que las medidas seguirán en gran medida descoordinadas entre países. Aunque dos tercios de los economistas jefe esperan que las políticas industriales permitan la aparición de nuevos focos de crecimiento económico y de nuevas industrias vitales, la mayoría también advierte del aumento de las tensiones presupuestarias (79%) y de la divergencia entre las economías de renta alta y baja (66%).
Fuente: Carlos Segovia / El mundo
