El turismo es la principal fuente de divisas de la isla, al igual que de otros destinos del Caribe. Los canadienses son los visitantes más comunes, y desde 2015 superan los dos millones anuales.
Los europeos la ven como una de las últimas utopías vivas, siempre interesantes mientras no se produzcan en sus propios países. Entre los estadounidenses existe una sensación de ir al Wild West o a un país que, en algún momento, estuvo manejado por la mafia estadounidense. ¿Qué tan cómodos se sienten los inversionistas de asociarse con los cubanos?
Lugares como Cancún van a sufrir, pues parte del turismo se irá a Cuba, que no solo ofrece las playas caribeñas, sino una historia alternativa a los últimos 70 años de globalización. Sin embargo, parecería que la infraestructura, desde los aeropuertos hasta internet, seguirán teniendo un peso negativo para la isla.
a máxima de los bienes raíces de: localización, localización, localización, no aplica necesariamente en Cuba. Estar a 90 kilómetros de Florida no es suficiente. Falta mucho para poder invertir en bienes raíces. Queda la esperanza de que la brecha se reduzca con tecnología. En África, las telecomunicaciones se brincaron por completo las líneas fijas, y los bancos, desde el inicio, han sido virtuales.
¿Podrá Cuba crear un registro de la propiedad con block chain? ¿Podrá encontrar atajos para incrementar el bienestar de la población sin caer en los errores de la Unión Soviética? Ojalá, los cubanos merecen una oportunidad. El tiempo dirá.
Por Roberto Charvel, académico de Harvard Business School y del IPADE. Inversionista privado a través de Vander Capital Partners.