Jair Bolsonaro ha privatizado 12 aeropuertos y ha permitido el ingreso de empresas 100% extranjeras a operar en el mercado aéreo local. En 200 días de gestión Brasil eliminó la visa a EEUU, Canadá, Japón y Australia y trabaja con Argentina el visado recíproco con China, Brasil quiere triplicar el gasto de turismo extranjero, pero el presidente le ha cerrado la puerta a turismo LGBT, uno de los de mayor gasto.
En su gestión, el presidente se ha planteado como objetivo para el turismo alcanzar los 12 millones de arribos internacionales y los US$ 19.000 millones por gasto. Para lograrlo ya se ha aplicado la exención de visados a cuatro mercados, fue abierto el mercado aéreo nacional al capital extranjero, fueron concesionados aeropuertos y se está invirtiendo en infraestructura; pero también hay que destacar hechos polémicos en torno al segmento LGBT.
En materia de aeronáutica, el actual gobierno de Brasil retomó una serie de proyectos de su antecesor, Michel Temer, entre los que figuraban la privatización de aeropuertos. Una de las promesas de Bolsonaro era privatizar “todo lo que sea” para achicar el Estado y sanear las arcas públicas. Atendiendo eso, a los tres meses de asumir, concesionó 12 aeropuertos, de los cuales AENA se quedó con seis del Nordeste brasileño tras una subasta de unos US$ 470 millones; Zurich Airport obtuvo dos aeropuertos (por unos US$ 114 millones) y Aeroeste con los cuatro más pequeños del llamado a licitación (por US$ 10 millones).
El sector turístico en Brasil genera 7 millones de empleos directos e indirectos, y para que el número vaya en ascenso, explicaron desde el Ministerio que encabeza Marcelo Álvaro Antonio, se ha comenzado a trabajar en mejorar la conectividad aérea para que más personas viajen y se creé un círculo virtuoso, incluso en un contexto en que la salida del mercado de Avianca Brasil ha provocado un incremento en las tarifas.
Por esta razón, una de las principales banderas defendidas por el Ministro de Turismo, fue la entrada de empresas extranjeras al mercado aéreo. El grupo español Globalia fue el primero en recibir autorización para abrir una aerolínea, probablemente low cost, que se espera empiece a volar antes de fin de año, sumándose a GOL, Azul y LATAM, las tres compañías que quedaron operando rutas de cabotaje tras la quiebra de Avianca Brasil.
Aunque fue gestionado en el gobierno anterior, en estos 200 días, Norwegian Air empezó a conectar en forma directa Rio de Janeiro y Londres, y SKY Airline, que desde noviembre del año pasado vuela entre Santiago de Chile con Rio de Janeiro, ha anunciado que reforzará sus operaciones en Brasil.