El gobierno venezolano pone en práctica un plan aprobado la víspera para desarrollar la industria automotriz, como parte de la Agenda Económica Bolivariana destinada a superar la crisis actual.
Esta medida, anunciada ayer por el presidente Nicolás Maduro, pretende asignar un 20 por ciento de la producción de vehículos al mercado internacional, con el propósito de buscar nuevas fuentes de financiamiento que sustituyan la renta petrolera.
Las medidas permitirán la instalación de una línea de producción de automóviles familiares y la ampliación de las ya existentes de motocicletas, vehículos de carga, transporte público para el mercado nacional y las exportaciones, dentro del Plan Nacional con el fin de potenciar la industria de automotores.
Destaca la próxima aparición de un nuevo automóvil tipo sedán para cuatro personas, previsto para la clase media venezolana y producido por la Fábrica Ensambladora Toyota de Venezuela, ubicada en Cumaná, estado Sucre.
Maduro resaltó la necesidad de convertir al sector automotriz en una fuente de divisas, que permita sufragar los gastos de esta industria y añadir al ingreso nacional, reducido luego de la caída de los precios del petróleo.
Al respecto, el vicepresidente para la Economía Productiva, Miguel Pérez Abad, explicó que este sector aporta el 3,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) aunque existe la posibilidad de mejorar ese indicador ampliando las exportaciones.
En tal sentido destacó que “el ensamblaje de vehículos ha aumentado de manera importante con las nuevas alianzas y empresas mixtas, al integrar nuevas marcas en el mercado que generan una oferta mayor de productos y vehículos de diferente gama”.